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Medicamento para abortar

No solo cereales: Santa Fe estudia exportar misoprostol a la región

El laboratorio público que abastece a toda la provincia espera la aprobación de la ANMAT para vender, no solo al resto del país, sino también fuera de sus fronteras mediante licitaciones internacionales.

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Seguras. Serán provistas por el Estado a las jurisdicciones. | gza. lif

No solo cereales. El gobierno de Santa Fe estudia volcar su potencial exportador en otro rubro, en línea con la política de género que la administración nacional de Alberto Fernández se planteó desarrollar: el misoprostol, la droga que permite la interrupción voluntaria del embarazo y que la provincia promete fabricar en cantidad a partir del único laboratorio público con el know how y la infraestructura necesarias para desarrollarlo en serie en el país.

Si bien aseguran que aún no hay interesados oficiales, en la provincia aseveran que están a solo una auditoría de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) de encaminar su plan para convertirse en proveedores de toda la Argentina, en una primera etapa, y luego pensar en escala internacional.

Cuando el derecho al aborto voluntario se convirtió en ley, el gobernador Omar Perotti dio la orden de intensificar su producción específica con miras al aprovisionamiento a nivel nacional.

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Santa Fe cuenta con la única planta en el país de producción estatal de este medicamento que se convirtió en un insumo clave desde la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en diciembre de 2020. El denominado Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) se ocupa de abastecer de medicamentos –no solo misoprostol, produce hasta 40 drogas diferentes— al sistema público de salud de la provincia.

Cuando el derecho al aborto voluntario se convirtió en ley, el gobernador Omar Perotti dio la orden de intensificar su producción específica con miras al aprovisionamiento a nivel nacional. Tal fue su mandato en febrero último, cuando visitó sus instalaciones. Incrementar la producción a tono con la demanda nacional y la opción de participar, a futuro, de licitaciones en el extranjero.

El primer paso necesario fue una inversión en la planta del LIF para potenciar su capacidad productiva, lo que incluyó un proceso de transferencia de tecnología, ya que antes la elaboración del misoprostol se realizaba de forma asociada. En rigor, este proceso de migración ya se había dispuesto desde el arranque de la actual gestión pero las nuevas circunstancias aceleraron los tiempos.

Perotti - Fernández

A comienzos de febrero, la ANMAT le dio su aprobación al medicamento fabricado en el laboratorio estatal. Ahora solo resta el resultado de una auditoría más, a punto de culminar, para habilitarle la comercialización de la droga fuera de los límites provinciales, sea a otras partes de la Argentina —en la actualidad solo mantiene un acuerdo interministerial con la Provincia de Buenos Aires— o también a la región.

"Con la aprobación de ANMAT, el laboratorio público de Santa Fe va a poder seguir contribuyendo a que las desigualdades se vayan disminuyendo, al brindar al resto del país el acceso a este producto en calidad, seguridad, de mejor accesibilidad y mucho más económico, favoreciendo que el Estado pueda garantizar el derecho a la salud de las mujeres", consigna Élida Formente, integrante del directorio del LIF, en un comunicado de la institución de febrero pasado.

Desde julio de 2020 a febrero de 2021, el LIF produjo un total de 300 mil comprimidos de misoprostol al que se suma un cuarto lote, con otras 100 mil unidades, sobre el que la ANMAT realiza su evaluación.  Esta última, es la primera fracción elaborada en forma plena dentro de las instalaciones del laboratorio y la que le permitirá conseguir su habilitación federal. Luego, el mecanismo sería a través de licitaciones, concursos de precios o compras directas por parte de los otros estados provinciales o la Nación ya que el LIF no puede vender ni a farmacias ni a obras sociales.

Desde julio de 2020 a febrero de 2021, el LIF produjo un total de 300 mil comprimidos de misoprostol al que se suma un cuarto lote de 100 mil unidades que evalúa la ANMAT.

Según comentó en una reciente entrevista en Radiofónica, Analía San Román, la otra profesional que integra el directorio del LIF —son cuatro en total, dos hombres y dos mujeres—, a sabiendas de que la demanda puede crecer en los próximos tiempos, el laboratorio ya adquirió una tableteadora que les permitirá quintuplicar la capacidad de producción.

En 2020, la totalidad de la producción del LIF, incluido el misoprostol, superó los 100 millones de comprimidos. Sin embargo, acorde a San Román, este medicamento no es tan masivo, por sus usos, como puede serlo el paracetamol. Ergo, mientras que del primero se requiere una producción de 60 millones de comprimidos, en el caos del misoprostol, unas 200 mil unidades bastan para satisfacer la demanda nacional.

En marzo de 2005, la Organización Mundial de la Salud incluyó esta droga en su lista de medicamentos esenciales porque sus propiedades le permiten conducir hacia una interrupción voluntaria del embarazo en condiciones seguras.  De base, el medicamento había sido ideado para el tratamiento de úlceras gástricas y duodenales. Recién en 2014, la Anmat le dio su aval con estos fines en la Argentina.