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Carlo Acutis

Un beato influencer y curador

Con un trabajo iconográfico único, la muestra "Milagros eucarísticos", que dejó armada el beato Carlo Acutis antes de morir a los 15 años, promete ser un récord virtual y presencial. Ya recorrió 10.500 parroquias de varios países.

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Carlo Acutis | Cedoc Perfil

Carlo Acutis, el joven italiano que el papa Francisco reconoció como beato el 10 de octubre pasado, se está convirtiendo en uno de los “curadores” artísticos más exitosos del mundo. Con una gran variedad de fotografías, pinturas y descripciones históricas, la Exposición Internacional de Los Milagros Eucarísticos del Mundo, que el beato dejó lista antes de morir en 2006, a los 15 años, es un éxito mundial.

Reconocida por el Vaticano, ya recorrió 500 parroquias de Italia y superó las 10 mil parroquias en otros países. Fue traducida a varios idiomas y consta de 163 paneles de plástico, fáciles de armar y exhibir. También se puede “visitar virtualmente”, recorriendo los lugares en donde ocurrieron los milagros que recopiló Carlo Acutis en vida.


El joven emprendió una labor inmensa para difundir la fe católica. Esta muestra es gratuita y cualquiera podría armarla a bajo costo 

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Los paneles de 60 x 80 cm están disponibles en la web, en alta resolución, y son óptimos para imprimir. También incluye banners de alta calidad para montar en el ingreso al salón de la muestra en ciernes. Se ofrece incluso en formatos más livianos (souvenir, poster, folleto, carteles, etc) para que nadie se quede sin su santo o milagro favorito.

De todos los sacramentos de la fe cristiana, la eucaristía fue el centro de una investigación iconográfica que llevó a Carlo Acutis por varias ciudades para recopilar todos los milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia a lo largo de los siglos. Buscó imágenes, fotos, pinturas… todo lo que pudiera servir para su proyecto.

“Tuvimos que hacer varios viajes al extranjero, sobre todo por Europa, para obtener fotografías, porque cuando él empezó a trabajar en la muestra internet todavía no estaba tan difundido y, por lo tanto, no se podía encontrar toda esta documentación”, explicó su madre, Antonia Salzano, a la Agencia Católica de Informaciones, ACI Prensa, un importante difusor de noticias católicas en cinco idiomas.

Como el beato hablaba inglés y francés, además de italiano, pudo acceder a bibliografía extranjera que documentara su trabajo. En la muestra que ya recorrió Rusia, Estados Unidos, América Latina, Australia y países asiáticos como Filipinas, Vietnam, Corea, Sri Lanka, India, además de ciudades de Oriente Medio, África y Europa, sólo se recogen expresiones de asombro. 


El primer suspiro fue el del propio papa Francisco, porque reconoció en el curador adolescente un don especial para llegar a las multitudes

La fe inquebrantable de Carlo hizo que, desde los 11 años, ya decidiera ser "el influencer de Dios" en este mundo terrenal: utilizó las nuevas tecnologías de comunicación social, sobre todo internet, para llegar a las grandes masas. Su muestra se denomina “El milagro eucarístico” y tiene su propio sitio web, disponible en una veintena de lenguas. Allí acopia una investigación pormenorizada que reúne en un solo lugar los hechos que la Iglesia católica considera milagrosos, en relación al sacramento de la Eucaristía.

El mayor acopio corresponde a Italia, con 32 hechos. Le siguen España, con 19; Francia, con 12, Alemania (9), Países Bajos (8). Y hay sorpresas porque también están presentes Argentina, sitio de tres milagros ocurridos en 1992, 1994 y 1996; las islas de Martinica y Réunion, con registros de 1902; dos acontecimientos en Egipto; uno en Suiza, Venezuela y Portugal respectivamente y muchas otras menciones, imposibles de enumerar en un artículo periodístico.

El sitio web también provee un listado de hechos asombrosos vinculados a la Eucaristía. A modo de ejemplo, el de la Santa Giuliana Falconieri a quien, en 1341, una enfermedad estomacal le impidió recibir una hostia. Con todo, la tomó con sus manos, la apoyó en su pecho e inmediatamente desapareció, dejando sólo una huella morada en la piel. O el relato de la Beata Imelda Lambertini, que por no tener aun 14 años, en 1333, no podía recibir la comunión.

Como el sacerdote la ignoraba en misa, Dios concedió el deseo de Imelda: misteriosamente el cuerpo de Cristo se presentó en forma de hostia radiante suspendida en el aire, se dirigió hacia su boca y la niña, al tragarla, murió

Carlo, “estaba animado por un fortísimo amor por el Señor, quería que todos pudiesen amar a Jesús, que todos pudiesen comprender la importancia de la eucaristía, de tener una vida unida a Jesús y a los sacramentos”, recordó su madre hace unos días. 

Su muestra itinerante prácticamente cita todos los milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia a lo largo de los siglos. “Incluso, hizo un aporte en la investigación iconográfica, que él consideraba muy importante porque la gente necesita ver los signos, ver las fotos, ver las pinturas”, explicó su madre, su primer fan. 


A Carlo le diagnosticaron una leucemia fulminante en octubre de 2006 y en tan solo tres días falleció

Lo internaron en la Clínica Pediátrica y Centro de Hematología Pediátrica del Hospital San Gerardo, en Monza, a 20 km de MIlán. Cuando sus médicos, Andrea Biondi y Momcilo Jankovic, consideraron que la situación era clínicamente irreversible, sus padres solicitaron un sacerdote. Fue así como el padre Sandro Villa, capellán del Hospital San Gerardo, donde estaba internado, le administró los sacramentos de la Unción de los enfermos y la Eucaristía. “En una habitación, al fondo del pasillo, me encontré delante de un muchacho. Me sorprendió su rostro pálido pero sereno, impensable en un enfermo grave, especialmente en un adolescente. Quedé maravillado por su devoción. A pesar de que respiraba con fatiga, recibió los dos sacramentos; tenía necesidad de ellos”, recordó el prelado a ACI Prensa.

Carlo tendría ahora 29 años. Cuando falleció, el 12 de octubre de 2006, aún no habían nacido sus dos hermanos mellizos, Francesca y Michele, que hoy tienen 9 años de edad. Sus padres se habían conocido en Inglaterra, mientras estudiaban. Carlo nació en Londres, en 1991, pero pronto la familia se estableció en Milán. Antes de morir –asegura la madre- Carlo le vaticinó que volvería a tener hijos.

Y a los 44 años concibió a los jóvenes de la familia, fervientes católicos igual que su hermano mayor. “Yo estoy convencida de que Carlo intercedió por mí y por eso pude concebir a Franchesca y Michele”, dijo Antonia, que los lleva a misa a diario y cree que ellos seguirán el legado apostólico que su hermano debió interrumpir abruptamente.

Carlo Acutis, que ya tiene una fundación y una asociación, ofrece a cualquier parroquia u organización la posibilidad de armar la Exposición Internacional de Los Milagros Eucarísticos del Mundo, contactándose con la Associazione Amici di Carlo Acutis.

Los restos del beato descansan en la iglesia Santa Maria Maggiore, en Asís, pero su corazón se encuentra en un relicario ubicado en la basílica inferior de San Francisco de Asís. El 12 de octubre será el día en que lo recordará todo el mundo cristiano.