El cometa Bernardinelli-Bernstein fue observado por primera vez en 2014. Los astrónomos que lo detectaron, Pedro Bernardinelli y Gary Bernstein, llegaron a confundirlo con un planeta enano a partir de su volumen.
El objeto celeste es objeto de investigación desde ese entonces. Según los científicos del Proyecto Internacional de Estudio de la Energía Oscura (Dark Energy Survey) alcanza los 160 kilómetros de diámetro, unas siete veces más que el promedio, por lo que ganó su denominación de “megacometa”.
El impresionante Mega Cometa, casi tan grande como un planeta
Como referencia, la revista del National Geographic describió que el último cometa que había batido records fue el Hale – Bopp, apodado el gran cometa en 1997 por alcanzar un diámetro de 30 kilometros, cuando el promedio conocido hasta ese entonces era de 10 kilómetros.
Según los astrónomos, Bernardinelli-Bernstein supera a la luna y Marte por su tamaño, y a medida que acelere su viaje hacia el sistema solar va a adquirir la forma de un cometa, con una cola y una coma, como se los observa desde la tierra.
El astrónomo y periodista científico Will Gater publicó en su cuenta de Twitter una comparación que brinda una referencia acerca del tamaño del megacometa que se acerca al sol, y da cuenta de su magnitud.
Reading @phbernardinelli's tweets this morning I was trying to get my head around just how big Comet Bernardinelli-Bernstein (aka C/2014 UN271) is.
— Will Gater (@willgater) September 22, 2021
So here's a graphic I've just made to show an (edited) @NOIRLabAstro illo of it in comparison to some other Solar System objects. pic.twitter.com/sx9MWkavxv
Cómo será su llegada al sistema solar
Según la investigación científica, el megacometa Bernardinelli-Bernstein se ubica actualmente a 10,9 Unidades Astronómicas del sol, siendo una Unidad Astronómica la distancia entre el Sol y la Tierra. Las estimaciones indican que haría su ingreso en el año 2031.
Por su distancia, los investigadores consideran que llegará a rozar sólo la órbita de Saturno antes de comenzar a desintegrarse por el calor del Sol, motivo por el cual su influencia será menor. Sí advirtieron, en cambio, que podría producirse un espectáculo celeste de características únicas, para el que habría que esperar 6.000 siglos antes de verlo nuevamente.
LC/FL