El Santo Sudario, una de las mayores reliquias de la cristiandad, a la par del Santo Grial, unirá vía streaming a los creyentes de América Latina y Estados Unidos el próximo Jueves Santo, a las 23 hs, hora Argentina, en una multitud mass-mediática sin precedentes. Para quienes residan en Europa, la transmisión será el viernes, según el horario que corresponda a cada país.
Bajo el lema “Comparte su pasión”, la exposición itinerante del Santo Sudario, también conocido como La Síndone, ya pasó por España y México y convocó millones de fieles y curiosos que quieren ver con sus propios ojos cuánto hay de verdad o mentira en la afirmación que sostiene que ésta es la tela que cubrió el cuerpo de Jesús crucificado, durante el Vía Crucis.
Esta muestra reúne en una visita virtual por 12 salas el copioso material artístico, histórico, arqueológico, forense y científico recopilado durante 12 años de investigaciones interdisciplinarias. El material ofrece una guía interactiva narrada en español. El resultado final convierte a esta exposición en la mayor de su tipo en la historia de la fe católica.
¿Qué es el Santo Sudario?
El Santo Sudario es un lienzo rectangular de lino de 4,36 m por 1,10 m el trozo de tela más estudiado de la historia. Con ella, se cree, fue amortajado Jesucristo luego de haber fallecido en la crucifixión. Tanto los Evangelios de Lucas como Juan dan cuenta de que el cuerpo yacente había sido cubierto con una sábana, lo único que encontró Pedro, cuando corrió la piedra que cubría el acceso al Santo Sepulcro. Cristo ya había resucitado.
La pieza, que se conserva en la Catedral de Turín, revela la imagen de un cuerpo humano con “visibles signos de tortura”, según reza la descripción oficial, en alusión a las manchas de color que se interpretaron como sangre.
Sin embargo, lejos de todo debate doctrinal, hay versiones que desmienten el valor arqueológico de la pieza, porque creen que la original se perdió y que la que la reemplaza fue confeccionada en la Edad Media. Es decir, sería falsa. Pero sí existió en la historia un manto sagrado que se conoció como “el manto de Edesa”, en relación a la ciudad turca a donde la habrían llevado los templarios durante las Cruzadas, en el siglo X.
Luego, durante tres siglos, nadie supo quién la tenía –se dijo que la escondían los templarios-, hasta que en 1355 apareció en la ciudad de Lirey, en Francia la que hoy alberga la Catedral de Turín: la había heredado un noble, Geoffroy de Charny, nieto de un templario que la habría comprado en alguna parte.
Quienes apuestan a la autenticidad del manto sacro de Turín dicen que esa es el "manto de Edesa".
Poco después, la iglesia de Turín comenzó a exhibirla, generando un turismo religioso que dejaba muchos ingresos a la diócesis y la ciudad italiana.
Algunos obispados se opusieron a esta perspectiva comercial, pero el Vaticano siempre desoyó esos reclamos sectoriales. Los propietarios franceses la vendieron al duque de Saboya, quien también llevó el lienzo de paseo por Italia hasta que lo dejó reposar en una capilla erigida ad hoc en Chambéry. Durante un incendio de 1532, la figura inscripta en el lienzo sobrevivió milagrosamente y los devotos lo consideraron una señal que respaldaba aún más el origen santo de la pieza.
Temiendo perderla en otro siniestro, el Manto Sagrado se llevó a la capital lombarda, de donde no salió más.
Una foto y mil palabras
En 1898, Humberto I de Saboya pidió al fotógrafo Secondo Pia que le tomara fotos y lo que sucedió fue estremecedor: los negativos fotográficos demostraban que la tela era en sí misma como un negativo de la figura humana que alguna vez había arropado. Y desde entonces la ciencia comenzó a buscar una explicación. Las fotos ofrecían planos generales, primeros planos y una difusión que permitía a todos dar una opinión: ¿era esa la tela que había visto el apóstol Pedro sobre la tumba vacía de Jerusalén o se trataba de una lograda falsificación medieval?
La cuestión clave siempre fue la misma: ¿el Santo Sudario es el "manto de Edesa", el manto más antiguo que se conserva, o es una falsificación medieval?
Un estudio microscópico encarado en 1979 por el Instituto McCrone, dijo que en la pieza de Turín detectaba témpera al colágeno con pigmentos de colores ocre y bermellón; es decir no eran restos de sangre. Sin embargo, en 1980, el doctor Allen Adler, emérito profesor de Química de la Universidad de Connecticut, negó a McCrone y aseguró haber encontrado, químicamente, proteínas de sangre en la Síndone.
Y le respondió al primer detractor del paño, Paul Vignon, autor del trabajo “Le Saint Suaire de Turin”, publicado por el sello Masson, en Paris (1938): “Toda la evidencia microscópica, química, espectroscópica e inmunológica es consistente con estas imágenes, no sólo por haber sido exudadas de heridas coaguladas, sino por aquellas de un hombre que sufrió un trauma severo antes de la muerte, explicación del color rojo de la sangre en un nivel microscópico”. Y Adler asegura además que son humanas, aunque sea imposible determinar XXI siglos más tarde de qué hombre se trataba.
De todo lo mucho que se ha dicho sobre el Santo Sudario, la tesis más pintoresca es, tal vez, la que sospecha que es un autorretrato de Leonardo Da Vinci. Lo aseguraron el fotógrafo Stephen Berkman y la Universidad de Michigan, explicando que el genio del Renacimiento la tomó en 1494 creando una cámara oscura que tomó una imagen que luego imprimió sobre la tela gracias a una emulsión de sal de cocina y nitrato de plata. ¡Fascinante!
Aunque no tanto como la respuesta que les dio el perito forense italiano Pierluigi Baima Bollone, quien se preguntó cómo habría hecho el autor de La última cena para trucar también dos monedas de la época de Poncio Pilatos, que se identificaron en la cuenca ocular del muerto, descubiertas recién entre 1987 y 1996.
De tantos ríos de tinta, lo único que logró fruncir el ceño de la Santa Sede fueron las pruebas con carbono-14 realizadas en 1988 por tres laboratorios separados que determinaron con 95% de certeza que la Síndone podría datarse entre 1262 y 1384.
Pruebas y contrapruebas
A posteriori, varias contrapruebas científicas lo refutaron o, mejor dicho, se refutaron entre sí: el incendio de 1532 podría haber alterado la tela; se tomaron muestras de un remiendo posterior agregado sobre el original dañado; había restos contaminantes de líquido de limpieza; lejos de ser una pintura, es una huella humana; lejos de ser una huella humana, se trata de una impresión 3D; lejos de tratarse de una persona, la figura de la tela no sería humana, a considerar por la longitud extrema de los brazos, etc.
Lo cierto es que el Santo Sudario, el Manto Sagrado, la Síndone, o el manto de Edesa, como se prefiera, volverá a reunir a la humanidad, los próximos Jueves y Viernes Santo, en un streaming que asegura reunir lo más contundente de esta investigación secular. Quienes lo deseen, podrán unirse a la transmisión en América Latina y Estados Unidos, el jueves 1 de abril desde México (20 hs), Colombia, Ecuador y Perú (21 hs), Argentina (23 hs),California 19 hs), estados de Florida y Nueva York (22 hs), y Texas 21 hs.
Link para accede al tour en streaming https://boletia.com/eventos/sabanasanta
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