El 16 de enero YPF dispuso un aumento promedio del 3,5% en sus combustibles, que incluyen el incremento del componente impositivo (ILC y IDC) del 7,7%, que entró en vigencia a partir del 15 de enero.
En un comunicado, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) señaló que con este ajuste “el gasoil hará sentir una vez más en el año su peso específico dentro de los costos y en el bolsillo del productor con unos 6.220 millones de pesos extra, es decir $ 3,107 por cada litro cargado en el tanque que se le sacaran al sector productivo, (si anualizamos la incidencia de este último aumento del 3,5%), que se suman a los costos de la cadenas agroindustriales argentinas”.
Desde la entidad calculan que solo tomando el aumento del componente impositivo (ILC y IDC) aportará anualmente unos 2.923 millones de pesos en concepto de impuestos.
Impacto en la producción.
Matías Lestani, Director del Departamento Económico de CRA, comentó a Super Campo que “al productor le pega no solo por el consumo directo sino también porque el costo del flete será más alto y tendrá más descuentos en la comercialización de su producción. Pega por el lado del consumo y del ingreso neto percibido por su producción. Me parece importante remarcar es que este incremento se basa en un aumento de impuestos a los combustibles”.
El economista de CRA opina que con esta medida de la petrolera “se sigue ampliando presión tributaria sobre todos los sectores productivos. Cuando se toma una factura de gasoil en las provincias, en algunos casos los impuestos llegan al 47% de la factura. Ahí comienza una presión tributaria en todos los eslabones de la cadena”.
Traslado a precios
Y adelanta: “El transporte tiene un 40% de impuestos y si sube el gasoil, ese mayor costo pasará a precios. Por un lado tratan de pisar los precios pero aumentan los costos. Todos los gobiernos, frente a sus incapacidades de resolver los problemas estructurales, hacen la más fácil, que es cobrar más impuestos”.