Hipotecas divisibles: qué son y para qué sirven
Son una oportunidad que permiten fraccionar el crédito de una propiedad en partes más pequeñas, facilitando el acceso a compradores con capacidad limitada para pagar el total al contado.


Desde el surgimiento de las hipotecas divisibles, el modelo se ha vuelto cada vez más utilizado en la industria inmobiliaria porque ofrece a los desarrolladores una herramienta para financiar sus proyectos mientras que los compradores pueden adquirir propiedades con un sistema de pago más flexible.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el especialista Néstor Kreimer quien econtó que el modelo de financiamiento en la industria inmobiliaria argentina a menudo involucra una estrategia arriesgada que beneficia tanto a los desarrolladores como a los compradores.
Cómo surge la idea de la hipoteca derivada
Sin embargo, “este proceso comienza con una gran hipoteca sobre el terreno donde se va a levantar el edificio, y la promesa de que las futuras unidades del proyecto se fraccionarán en hipotecas individuales”, agregó. De esta forma, Kreimer sostuvo que se crea lo que podría considerarse una "profecía autocumplida", porque el comprador, “a pesar de no tener la capacidad económica para pagar el precio completo al contado, puede acceder al crédito necesario para adquirir la propiedad a través de este esquema”.
En cuanto al principal objetivo de estas hipotecas, el entrevistado aseguró que, “es permitir que los compradores sin poder adquisitivo suficiente para aprovechar el precio de compra en efectivo puedan acceder al mercado”. Y remarcó que la industria inmobiliaria en Argentina enfrenta un obstáculo fundamental: la falta de crédito”.
Cuál es el objetivo de este modelo
Por otra parte, Kreimer sostuvo que el modelo de la hipoteca sobre bienes futuros permite que los desarrolladores inmobiliarios consigan financiamiento para llevar adelante las obras, sin depender de la capacidad económica de los compradores durante la construcción. Y siguió: “De esta forma, los desarrolladores logran un aumento en su músculo financiero, ya que el dinero necesario para construir proviene de los compradores que se comprometen a abonar el crédito una vez que la propiedad esté terminada”.
Para el especialista, estas hipotecas permiten contar con los recursos para avanzar rápidamente en la obra, mientras que el comprador no pone dinero durante el período de construcción, sino solo una vez finalizada la unidad. Y añadió: “Este sistema implica que el desarrollador asume todo el riesgo, ya que está financiando la obra con el dinero de los compradores, pero no recibe pagos inmediatos”.
Al finalizar, Kreimer dijo: “Para garantizar que el proyecto avance, se establece un fideicomiso, el cual es el deudor hipotecario frente al banco, y sobre el cual recae la hipoteca del terreno durante el proceso de construcción”.
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