HALLAZGO

Astrónomos logran fotografiar al exoplaneta más cercano a la Tierra jamás encontrado

El cuerpo celeste, que había sido descubierto por primera vez en 2011, está ubicado a una distancia de 35 años luz. Su tamaño es seis veces la masa de Júpiter y tiene unos 800 millones de años.

El gigante gaseoso recibe su nombre debido a que orbita alrededor de una estrella enana roja de baja masa llamada COCONUTS-2 Foto: AFP

Un estudiante de posgrado del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái, Estados Unidos descubrió un exoplaneta con imagen directa, siendo éste es el más cercano a la Tierra jamás descubierto. Fue denominado COCONUTS-2b.

Según el estudio, llevado a cabo junto a un equipo internacional de astrónomos, dicho cuerpo celeste está ubicado a una distancia de sólo 35 años luz y es aproximadamente seis veces la masa de Júpiter. Con unos 800 millones de años, es relativamente joven.

Como fue antes mencionado, precedió a nombrárselo bajo el nombre de COCONUTS-2b, debido a que orbita alrededor de una estrella enana roja de baja masa llamada COCONUTS-2. Se trata de un gigante gaseoso relativamente frío y masivo.

El gigante gaseoso recibe su nombre debido a que orbita alrededor de una estrella enana roja llamada COCONUTS-2.

COCONUTS-2b se encuentra a unas 6.471 unidades astronómicas, que es 6.471 veces la distancia media entre la Tierra y el Sol, de su estrella anfitriona. Por otro lado, su período orbital es de aproximadamente 1,1 millones de años.

Con respecto a su temperatura, resulta ser bastante gélido para considerárselo un gigante gaseoso. El exoplaneta logra alcanza una temple de unos 434 Kelvin o 161 grados Celsius aproximadamente, a pesar de encontrarse a una gran distancia de la estrella.

La misma proviene del calor residual que, asimismo, emana de la formación del planeta, que hace que este brille débilmente en las longitudes de onda infrarrojas, lo suficiente como para que sea perceptible en imágenes directas.

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La energía producida por el mismo es exactamente "más de un millón de veces más débil que la del Sol". Es por ello que el cuerpo celeste solo puede ser detectado utilizando una luz infrarroja que posea a su vez un menor espectro energético.

Zhoujian Zhang, autor principal del nuevo estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters, sostuvo: "Con un planeta masivo en una órbita superamplia, y con una estrella central muy fría, COCONUTS-2 es muy diferente a nuestro Sistema Solar".

"Detectar y estudiar directamente la luz de los planetas gigantes gaseosos alrededor de otras estrellas es muy difícil, ya que los planetas que encontramos suelen tener órbitas con poca separación y quedan enterrados en el resplandor de la luz", concluyó.

10 años antes de que se llevara a cabo dicha investigación, más precisamente en 2011, el satélite Wide-field Infrared Survey Explorer había logrado captarlo. Sin embargo, se creyó que era un objeto que flotaba libremente y no orbitaba una estrella.

JFG / ED