Expresiones

De roscas y pueblos

El logo de Editorial Perfil Foto: Cedoc Perfil

Siempre me impresionó pensar que los oídos no tienen párpados. Uno oye lo que venga, estridencia o pajarito. Muchas veces ni sabemos lo que escuchamos. La percepción del registro no es inmediata, sobre todo si se trata de algo desconocido o una palabra nueva. En una segunda vuelta, es probable que nos llame la atención, aunque no la abarquemos del todo. Me sucedió este año con la expresión: “Se pasó tres pueblos”. Primero la entendí literalmente. ¿Quién se pasó tres pueblos? ¿Dónde? Parece un dicho del campo y de otra época. ¿Es un antiguo refrán que despertó por algún motivo? No conseguí encontrar su origen. Sin referencias, la ficción se me adelantó. Recordé por lo menos dos cuentos de Jorge Luis Borges, donde el personaje no desciende en el lugar esperado. En “El Sur”, el protagonista quiere volver a la estancia añorada y supuestamente se toma un tren que lo deja en una estación diferente. “Dahlmann pudo sospechar que viajaba al pasado y no sólo al Sur. De esa conjetura fantástica lo distrajo el inspector, que al ver su boleto, le advirtió que el tren no lo dejaría en la estación de siempre sino en otra un poco anterior y apenas conocida por Dahlmann”. Ocurre algo parecido en “El jardín de senderos que se bifurcan” cuando Yu Tsun cuenta que “iba a la aldea de Ashgrove, pero saqué un pasaje para una estación más lejana”. En el primero Dahlmann no se pasa, más bien se atrasa; los dos bajan en lugares distintos de lo esperado.

No quisiera pasarme yo también de lo que estaba diciendo. ¡A veces hay que volver para seguir adelante! Vuelvo a la frase en cuestión. La de los tres pueblos (¿tres o cuatro o siete?) ¿Cómo llega esta expresión de tinte rural a tantas bocas de jóvenes instagrameros, políticos y periodistas? Pareciera que aplica a los que se pasan de rosca o de la raya –dos expresiones más conocidas, la primera del ámbito de las tuercas, la segunda del box, quizá en desuso, relevadas por la de los pueblos. Lo que no alcanzo a comprender es si esta fórmula campera me asombra por su nostalgia (estaciones de trenes en pueblos remotos) o por la cantidad de veces que la vengo escuchando. Y en un arco ideológico amplísimo, la agenda antiwoke o el progresismo. 

¿Será que nuestro presente se pasó tres o más pueblos?