opinión

El verdadero Milei

Dos fotos. La de Javier y Karina melancólicos es real. La otra es IA. Milei publicó ambas, sin aclarar la diferencia. Su filosofía darwiniana se alimenta de una dura historia de vida. Foto: cedoc

Que Javier Milei sea el candidato que con más coherencia intentó llevar a la práctica lo prometido en campaña y que, a su vez, sea el presidente más transparente que recuerdo, no significa un elogio sino una interpretación a partir de lo que produjo en estos dos años. Y que ratifica semana a semana. 

Sobre lo que prometió y sobre su transparencia, nada más ejemplificador que el nuevo paso que acaba de dar en su anunciada batalla cultural contra los valores y la legalidad vigente. 

Nueva filosofía. La foto de los principales funcionarios junto a él sosteniendo en sus manos, sonrientes, el libro Defendiendo lo indefendible que les obsequió para Navidad, muestra hasta qué punto está dispuesto a llegar para ganar esa batalla. Su principal compromiso electoral junto con la baja de la inflación.

El libro de su admirado anarcocapitalista Walter Block pone en jaque, justamente, aquellos valores y legalidades en un aparente intento presidencial por acelerar la que considera la madre de todas las batallas. 

Las ideas del libro que el Presidente regaló en Navidad, reflejan al Milei verdadero...

Es un desafío titánico. Es pasar de la corrección política que brega por los “derechos sociales” a otra que considera que “la justicia social es una aberración”. Es pasar de toda una historia en la que se reivindicaba el rol del Estado (con mayor o menor presencia, según la ideología de cada administración) al concepto de que el Estado es “un ladrón que le roba a la gente de bien para beneficiar a los que no laburan”. Y es considerar como justa y razonable la lucha darwiniana de los individuos para convertir en legal todo lo que una transacción comercial permita.

El libro que Block escribió en 1976 es una prueba de fuego en ese sentido ya que explicita con crudeza cómo sería el país si se terminara de aplicar la doctrina anarcocapitalista que comparten su autor y el mandatario argentino. Una prueba de fuego, teniendo en cuenta que casi ningún miembro del gabinete reivindicó por el momento los principios de la Escuela Austríaca.

Hasta ahora no se conoció la reacción de alguno de ellos. Pero lo que allí leerán es la filosofía y el sentimiento puro del verdadero Milei. Sin los algodones que a veces aún le impone la vieja corrección política que subsiste aquí y en el mundo. 

Nueva legalidad. Block intenta demostrar que es posible llevar la lógica libertaria hasta las últimas consecuencias. Incluso justificando prácticas que están penadas en Occidente y también en el país en donde Milei juró defender la legalidad vigente. Es un texto que, hasta la llegada de un anarquista al poder, era considerado un ejercicio teórico para mostrar con ejemplos concretos cómo sería aplicar esa ideología en la vida cotidiana.

El regalo Block/Milei argumenta que la prostitución es un simpe intercambio comercial de servicios y que los proxenetas facilitan la operación. Defiende que, mientras no haya violencia física, cualquier agresión verbal es válida. Más allá de que se emitan mentiras, discursos discriminatorios, misóginos o xenófobos. La instigación al odio contra los periodistas y quienes no acuerden con él, está en línea con ese idea. Tampoco serían punibles la difusión de difamaciones y calumnias.

El argentino apoya a Trump en su lucha contra “un narcotraficante” como Maduro. Sin embargo, el regalo Block/Milei describe al narco como un proveedor que responde a una demanda del mercado. Los problemas que genera el tráfico de drogas serían causados por quienes, como Trump, intentan reprimirlo ya que en una sociedad anarquista sería una actividad moral y económicamente idéntica a las demás. La problemática de los drogadictos atañe únicamente a ellos y los lavadores de dinero no son delincuentes: la culpa no es suya sino de las prohibiciones estatales que pesan sobre actividades como el narcotráfico.

Nuevos héroes. En la sociedad sin Estado de Block/Milei no habría corrupción pública: sólo habría acuerdos comisionales entre privados. Es la misma legitimidad que le atribuyen a los chantajistas de la información: sólo intentan monetizar información de la que disponen buscando que alguien pague para que no se difunda. 

En el obsequio de Milei queda claro que el plan de desregulación de Sturzenegger es un primer paso hacia la desaparición total de las “trabas” estatales a los negocios privados. Por ejemplo, no habría Estado con derecho a controlar a quien maneje un taxi o un avión. Lo que cuenta, sostiene, es que quien maneje y sus pasajeros acuerden el viaje. 

Tampoco una autoridad estatal debiera interceder en la eventual contaminación de una empresa, como una minera a cielo abierto, porque se trata de un negocio hecho sobre un terreno privado. Y como también el cuerpo es un bien privado, la contratación de niños es legítima en tanto las partes lo consideren útil.

Esto que están leyendo ahora los funcionarios de Milei es lo que él ya había expresado en distintas entrevistas. Como en la que mantuvo durante cinco horas con Grabois, moderada por Jorge Fontevecchia. Fue en la misma en la que aceptó la legitimidad del comercio de órganos humanos. En línea con Block, en otros reportajes ya había repetido que consideraba héroes a contrabandistas, evasores y al mismo Al Capone.

... Es una aceleración de su batalla cultural para cambiar los valores y la legalidad vigente

Una ideología funcional.Block, al igual que los otros pensadores libertarios, le brindaron la cobertura ideológica que este hombre buscó tras su juventud, después de haber sido educado con la crueldad de sus padres y el bullying de sus compañeros.

El sistema de valores sustentado ideológicamente en el anarcocapitalismo es funcional al de alguien que luchó en soledad para sobrevivir. Quien logró superar aquellas duras condiciones de vida se siente apto para competir por su sustento con las reglas del mercado. 

Sin un Estado mediando entre unos y otros, Milei entendía que sería más fácil ganar. 

El verdadero Milei es este Milei sin filtros que en Navidad regaló un libro que reivindica la filosofía de la antisolidaridad. 

Él diría que lo más solidario es que el Estado desaparezca y deje que las personas se las arreglen como puedan. También diría que con él nadie fue solidario (salvo su hermana y sus perros) y que llegó a donde llegó.

De una Navidad de su niñez es una foto que circuló en los últimos días de Javier y Karina con gestos melancólicos y un arbolito detrás. Él la subió a sus redes al igual que otra que parece real, pero está hecha con IA y en la que se ve a ambos en la misma situación, pero felices. Milei mostró las dos fotos sin aclarar que una era real y otra producto de cómo le habría gustado que fuera. 

Que es la infancia que nunca tuvo y que lo hubiera permitido ser otro. 

Incluso, siempre recuerda las fiestas de fin de año que, ya de grande, pasó a solas brindando con su perro Conan antes de su muerte. Una muerte que hasta hoy no es capaz de aceptar. 

De esa soledad surge el individualismo que Milei pregona. De aquella crueldad que recibió viene la crueldad que prescribe. Las ideologías (no sólo el anarcocapitalismo) también suelen servir para justificar conductas y conveniencias. 

Por eso la batalla cultural es tan importante para él. 

Además de que lo voten, necesita que la mayoría comparta definitivamente sus valores. 

Para sentirse querido, para no quedarse solo nunca más. 

Ojalá se le puedan cumplir esos deseos sin que el resto de los argentinos deba pagar un alto costo por ello.