Tracción

No hay salvación

El logo de Editorial Perfil Foto: Cedoc Perfil

Últimamente los argentinos de bien no ganamos para sustos. Cosa que pasamos delante de un contenedor, que no sé por qué lo llaman así si no contiene nada, está toda la basura afuera, en la calle y ya hay más ratas que en Niuiorqui, pasamos delante de ese tacho de basura grande y cada dos por tres de adentro te sale un marrón, que no sé por qué se mete a revisarla y sacar sus cosas de ahí. Que si cartón de nuestros 

productos importados, que si latas de nuestras cervezas, que si el plástico de nuestros frascos de anabólicos para el gym, cosa que uno anda por la calle y no gana para sustos. Salen de ahí, que ni sé cómo se metieron, con esos ganchos de revolver que dan miedo. ¿Y el Gobierno qué hace? Todo es promesa y nunca solución, no sé para qué pagamos impuestos si en 

vez de lavar los contenedores deberían fumigar las calles para espantarlos a todos esos. ¿No iba a hacer un muro algún intendente para separar Capital de Provincia? No hay límites. Ni respeto. Pensé en ir a votar, pero para qué. Vi a un candidato pateando puertas de casas tomadas, diciendo que había que cerrar las villas, cobrarles impuestos a los juntadores de basura, ¿o era cobrarles a los trapitos que les cobran a los automovilistas? Maravilloso. Lindo, joven, bien afeitado. Bajó de peso después de comer su inversión de atún en lata. ¿Y cuánto sacó? Dos por ciento de los votos. ¡Menos que los comunistas! Dios mío. Otro quería eliminar la tracción a sangre en la Ciudad mientras lo iba arrastrando un marrón en su carrito. ¿Pero hacer footing en jogging no lo hace uno en tracción a sangre propia? ¿O no? Tengo miedo. ¿En qué país vivimos?