Trabajo inhumano
La naturaleza del trabajo está toda en jaque.
El video es simple, elocuente y me dejó pensando más de la cuenta. En una exposición industrial en Chicago, un robot humanoide, el Digit, exhibido tal vez para mostrar eficacia y futuro, se desplomó tras veinte horas seguidas de trabajo. Digit deposita cajas sobre una cinta transportadora: el epítome de la idea de trabajo. Las elige de unos estantes y las coloca primorosamente en la cinta. Se le va la vida en ello. Es un trabajo que probablemente realizan humanos en algún otro sitio por una cantidad de horas equis. Los fabricantes explicaron que veinte es el límite; luego de ese tiempo, Digit necesita “descansar”. No se rompe ni se quiebra, simplemente se desploma tan angustiosamente como sus bisagras le permiten.
Tal vez sea su forma, que emula un esqueleto de piernas y brazos, con toda esa curiosa y tripartita relación entre tibia, peroné y fémur, una relación que en general responde a la necesidad de músculos, que el pobre robot no necesita. ¿Por qué diseñarlo parecido a un esqueleto si pudo haber tenido cualquier otra forma para la función que realiza?
Si en vez de estar en una exposición industrial estuviera en el Malba, pensaríamos en el trabajo humano. No en el de las máquinas. Nos conmovería tanto como a mí, que veo esa chatarra ceder ante el peso de un destino: el del trabajo. Su forma humanoide me obliga a percibir el desplome con una piedad que seguramente los patrones de esa fábrica hipotética no tendrían para con un obrero u obrera de complexión total, donde todo desplome es un cliché. ¿Qué expone en esa exposición un robot que se desploma, tratando de demostrar su mayor eficacia al ser comparada con un humano?
Por cuestiones de algoritmo, de intereses parecidos detectados por otras máquinas en mi celular, el video viral siguiente es el de una grúa que ayuda a un elefante a salir de un pozo. La grúa tiene forma de trompa, se mete bajo las patas traseras del paquidermo y lo ayuda a impulsarse hacia arriba. Una vez a salvo, el elefante choca cabezazos con la grúa, como si agradeciera a un compañero con forma parecida. Se sabe que los elefantes son muy agradecidos. Lo que no se sabía era que las grúas podían ser tan buenas amigas. En el video nunca se ve al operador.
La palabra robot, por si alguien aún no lo sabe, es rusa: se pronuncia /rabót/ y es la raíz del verbo /rabota/, que quiere decir trabajar, y también del sustantivo /rabota/, que quiere decir “trabajo”. Cuando decimos robot en ruso estamos diciendo simplemente trabajo.
Un trabajo se desplomó trabajando.
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