Rutina

Trotskismo Dolce Gabbana

Es muy pertinente la aprobación de la ley a las grandes fortunas, proyecto que afecta por única vez al 0,02% de la población nacional, los súper ricos.

Leon Trotsky Foto: Pablo Temes

La aprobación de la ley a las grandes fortunas en la cámara baja obedece a razones estructurales estrictas. Los sectores populares y los trabajadores han realizado esfuerzos notables para transitar la debacle producida por los cuatro años de macriato y el impacto de la pandemia. Todos han perdido ingresos en el tránsito de este último lustro.

Los salarios privados formales perdieron al menos un 22% de poder adquisitivo real, lo mismo jubilaciones y pensiones. Para darnos una idea del descalabro existente, hoy el salario privado más habitual (llamado moda), o sea el que más se repite en el ámbito formal privado es de $45 mil mensuales, mientras una línea de pobreza por ingresos para un hogar tipo metropolitano de cuatro miembros (padre, madre y dos hijos) alcanza ya los $50 mil mensuales.

Lo mismo sucede con las jubilaciones y pensiones y el salario mínimo vital y móvil, todos orillando los $19 mil mensuales, mientras una línea de indigencia para el mismo hogar tipo de cuatro miembros (umbral de ingresos por debajo del cual y sin ayuda externa, sencillamente hay hambre) está fijada en $22 mil mensuales.

A pesar del aumento, la situación de los jubilados sigue siendo crítica

Los hogares pobres hoy reciben promedio $25 mil mensuales, como vimos la mitad de los que cuesta la canasta de pobreza, mientras que los hogares indigentes reciben $10 mil mensuales, menos de la mitad de lo que se requiere para adquirir la canasta básica alimentaria. Un desastre social por donde se lo mire.

Inapelable.

El desempleo abierto es muy difícil de determinar con fehaciencia pues no sabemos cuál será la presión de búsqueda en la pos – pandemia (la llamada “tasa de actividad”), pero seguramente superará el 15% de la Población Económicamente Activa como promedio general y será mayor en los conurbanos nacionales.

Por su parte, la pobreza por ingresos alcanza ya al 47% de la población general y en los menores de 18 años afecta al 60% del total del universo.

Pero no todos los sectores sociales sufren por igual y la contracara de esta verdadera debacle social es el nivel inédito de concentración del ingreso que hoy soporta la sociedad argentina.

Según la última información de la Encuesta Permanente de Hogares, el 10% más rico de los perceptores de ingreso se apropia ya del 33% del total del ingreso y el 20% de mayor poder económico recibe el 50% del ingreso total mientras el 80% más pobre de la sociedad recibe el restante 50%.

El índice de GINI, que mide en una escala de 0 a 1 el nivel de concentración siendo uno la concentración absoluta y cero la equidad distributiva absoluta, hoy se ubica en 0,451, antes de la pandemia en el año 2019 era de 0,449 y a fines del año 2015 ascendía a 0,425.

Nos aproximamos ya al GINI previo a la crisis del año 2001 que alcanzó el 0,538.

El muro azul

A más crisis más concentración, gran lección de la historia reciente y esta que hoy vivimos no es excepción.

Soportamos entonces como sociedad una calamidad de pobreza, desempleo y concentración del ingreso, que tiene pocos antecedentes históricos.

Es entonces muy pertinente la reciente aprobación de la ley a las grandes fortunas en la cámara baja, proyecto que afecta por única vez al 0,02% de la población nacional, los súper ricos, poseedores de patrimonios obscenos en medio de una sociedad que gira en torno al abismo de la pobreza, el hambre y el desempleo.

Una medida justa, indiscutible tanto coyuntural como estructuralmente solo rechazada por aquellos que defienden el interés de los poderosos, de ese 0,02% de la población que realiza su opulencia hundiendo al resto de la sociedad en la miseria más abyecta.

Se trata de partidos políticos minúsculos como los que integran el Frente de Izquierda que nuevamente han mostrado una insensibilidad social que objetivamente los ubica como partido del establishment, siempre dispuesto a convalidar los risibles privilegios de las clases acomodadas, en este caso al son de “La internacional”.

Muy lamentable este trotskismo Dolce Gabbana, estimados lectores de PERFIL, dignos herederos de Lenin (Moreno).

*Director de Consultora Equis.