Nueva reyerta política

Brasil: Bolsonaro politiza la vacuna contra el coronavirus

"El presidente soy yo" enfatizó el mandatario y así dejó en claro su decisión de cancelar la compra de 46 millones de dosis de la Coronavac. Esta postura reafirma viejos conflictos con claros perfiles electorales.

El presidente Jair Bolsonaro junto a su ministro de Salud Foto: Cedoc Perfil

La “disputa de las vacunas” contra el COVID-19 se transformó en una nueva reyerta política entre el presidente Jair Bolsonaro y una mayoría de los 27 gobernadores de estados provinciales brasileños. La batalla, que tuvo su punto más alto esta semana, despertó el antiguo estilo belicoso del jefe de Estado, que permanecía adormecido desde hace algunos meses.

“El presidente soy yo” enfatizó el miércoles por la mañana. Fue al anunciar su decisión que canceló el compromiso de compra de 46 millones de dosis de la Coronavac, a producir por el Instituto Butantán paulista con la licencia del laboratorio de China, Sinovac. Su ministro de Salud, general Eduardo Pazuello, había celebrado el martes un acuerdo con los gobernadores para adquirir el inmunizante a ser fabricado por esa institución paulista.

El plan era distribuirlo por todo el país a través del Sistema Unico de Salud (SUS). El funcionario aseguró a los mandatarios estaduales: “La del Butantan será una vacuna de Brasil” y prometió un desembolso de 340 millones de dólares. 24 horas después vino la solemne desmentida de Bolsonaro.

En la cita con Pazuello participó el gobernador de San Pablo Joao Doria, con quien el presidente brasileño mantiene una relación conflictiva, acentuada desde el comienzo de la pandemia. Ambos tuvieron fuertes diferencias sobre cómo enfrentar el coronavirus. El último de los desacuerdos puso de relieve que, para el jefe del Planalto, la vacuna debe ser optativa; mientras que gobierno paulista insiste en transformarla en obligatoria.

Bolsonaro fue agresivo contra el gobernador: “Imponer medidas autoritarias es sólo para aspirantes a dictadores, como ese tipo de San Pablo” (Doria). Desde luego, la guerra tiene claros perfiles electorales: Doria es uno de los potenciales candidatos en las presidenciales de 2022 por el Partido de la Socialdemocracia de Brasil (PSDB). Y Bolsonaro lo detesta como eventual adversario. Según el presidente, “no oí ningún jefe de Estado del mundo diciendo que impondrá la vacuna a su población. Es un derecho de cada uno tomarla o no”. Para él “es una irresponsabilidad del gobernador, que lleva pánico y terror” a la sociedad.

 

Bolsonaro fue agresivo contra el gobernador: “Imponer medidas autoritarias es sólo para aspirantes a dictadores, como ese tipo de San Pablo” (Doria).

Bolsonaro dijo desconocer la CoronaVac y afirmó que “ningún país del mundo está interesado en ella. Puede ser que alguno por ahí, pero ahora las vacunas deben tener comprobación científica”. En cuanto al ministro Pazuello, el presidente no se ahorró críticas. “Quiere aparecer de más ante las cámaras. Se ve que le gustan los reflectores de la televisión”. Como se trata de un general (en actividad), Bolsonaro fue más allá: “Por ser militares, Pazuello sabe que cuando el jefe decide, el subordinado cumple”. Pero este juevea, a última hora, el presidente pasó por la casa de su ministro, a quién le diagnosticaron COVID-19.  Junto a su jefe, Pazuello reconoció: “Gente, es siempre así: uno manda y el otro obedece. Pero hay cariño entre nosotros”.

Lo cierto es que el gobierno federal ya destinó 780 millones de dólares a la adquisición de vacunas que aún están en la etapa 3 de testeo, y por lo tanto no se sabe qué resultados podrá tener. De ese dinero, fueron 340 millones de la divisa norteamericana con destino al inmunizante elaborado por AstraZeneca y la Universidad de Oxford en Inglaterra. En el caso de la CoronaVac, Bolsonaro no quiere invertir por considerar que “todavía no fue aprobada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa)”.

En verdad, tampoco lo fue la del laboratorio británico, lo que resulta contradictorio. En una editorial del jueves último, el diario O Globo sostuvo que “de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay 198 vacunas candidatas. De estas, 44 están en la fase de testeos clínicos. Y diez de ellas, se encuentran en la etapa final. Y Brasil no debe descartar ninguna en base a sus preferencias ideológicas”.

Los especialistas sostienen que el país va a precisar de varios tipos de vacunas seguras y eficaces para inmunizar a la población de la manera más rápida posible. Lo declaró el presidente de la Sociedad Brasileña de Inmunizaciones, Juarez Cunha. Para este experto, “es absurdo el debate que se entabló sobre el origen de la vacuna”.

La pelea entablada por Bolsonaro puede tener consecuencias “indeseadas” en la producción del inmunizador del Butantan. El director de este instituto, Dimas Covas, denunció que la agencia Anvisa, que debe aprobar el uso de la vacuna, está demorando la autorización para importar la materia prima farmacéutica de Sinovac. Covas sostuvo que él ya envió toda la documentación formal el 23 de septiembre. Pero la respuesta que obtuvo fue desalentadora: “Me dijeron que el tema lo van a tratar recién el 11 de noviembre”

*Autora de Brasil 7 días.