Conflicto Rusia-Ucrania: desafíos de paz, amenazas estructurales de Moscú y la necesidad de una mayor militarización europea
El experto explica que, aunque hay coordinación con Estados Unidos para la seguridad futura, es difícil lograr un acuerdo inmediato por las exigencias territoriales de Rusia. Advierte también que el problema de Rusia no depende solo de sus líderes, sino de su falta de tradición democrática.
El analista político ucraniano Oleksandr Slyvchuk analizó en una entrevista en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) el complejo panorama del conflicto entre Rusia y Ucrania, poniendo el foco en la coordinación diplomática con Estados Unidos y la falta de avances por la postura rusa. Según dijo, “para nosotros, esto significa que Estados Unidos no se desentiende de nuestra seguridad”, aunque advirtió que cualquier acuerdo de paz se encuentra estancado porque Moscú exige retrocesos territoriales que Ucrania no puede aceptar.
El analista político ucraniano Oleksandr Slyvchuk se desempeña como coordinador del Programa de Cooperación con España y Latinoamérica en el Transatlantic Dialogue Center, un think tank con sede en Kiev que trabaja temas de política internacional, seguridad y cooperación transatlántica. Se desempeña como colaborador de medios de comunicación, académicos y decisores en Europa y América Latina, ofreciendo análisis sobre la guerra entre Rusia y Ucrania, las iniciativas de paz y las dinámicas geopolíticas del conflicto. Además, participó en actividades académicas y debates sobre la situación en Ucrania y su relación con países de América Latina, incluyendo presentaciones en universidades con actores políticos regionales.
¿Cuál es su visión sobre cómo va a avanzar este acuerdo de paz, le ve posibilidades de que termine exitosamente y cómo evolucionaría?
Analizamos la situación desde diferentes perspectivas. Lo primero es un aspecto positivo: hay una buena sintonía entre la delegación ucraniana y la estadounidense. Se llevaron a cabo una rueda de prensa, reuniones y una cena que, para nuestras relaciones con Estados Unidos, son eventos importantes a considerar. Podría decirse que estamos más cerca de encontrar un compromiso con Estados Unidos, pero aún no estamos cerca de alcanzar la paz, y explico por qué: ya manifestó su acuerdo para negociar ciertas garantías para Ucrania y ratificarlas posteriormente a través del Congreso norteamericano y del Parlamento ucraniano. Para nosotros, esto significa que Estados Unidos no se desentiende de nuestra seguridad.
En cambio, del lado ruso no hay voluntad de avanzar. Ucrania ya logró alinear su posición con Europa respecto a la provincia de Dombás. El objetivo sería alcanzar un alto el fuego, sentarse a negociar y luego concretar un acuerdo. Sin embargo, Rusia exige que Ucrania se retire del territorio de la provincia de D, en el este del país, dejando un enorme sector del territorio soberano, con cientos de miles de civiles, empresas e industria, sin resistencia alguna. Para Rusia, esto sería un paso hacia la paz, pero en realidad constituye una manipulación, prácticamente un suicidio para el Estado ucraniano. Por eso, cualquier acuerdo de paz posible se encuentra estancado, ya que Rusia no acepta el alto el fuego tal como lo propone Ucrania y Occidente.
Y hay una versión respecto de que Estados Unidos habría prometido 15 años de garantía de protección a Ucrania.
Rusia será nuestra amenaza para la soberanía de Ucrania a muy largo plazo. La gente nacida en los 90 y 2000 va a sentir esta amenaza desde Moscú, porque en Ucrania consideramos que Rusia no se convertirá en una democracia como Argentina, Ucrania o España, ni a corto ni a largo plazo. Lamentablemente, es una realidad que debemos aceptar. Rusia seguirá siendo un riesgo si queremos ser un país independiente y soberano, con nuestra propia política exterior y como posible miembro de la Unión Europea en el futuro. El precio de todo esto es una Ucrania militarizada, con fuerzas armadas preparadas para una posible tercera guerra. Por eso, los 15 años de garantía son insignificantes: en Ucrania ya llevamos 11 años de conflicto.
Lo que usted está señalando es un nudo geopolítico que trasciende la invasión rusa a Ucrania. Usted afirma que el pueblo ruso, por su naturaleza, no busca la democracia y que esto no depende de Putin ni de su edad. Dentro de 15 años, supuestamente, Putin podría no estar en el poder, pero, según su análisis, la sociedad rusa mantiene inclinaciones hacia sistemas autocráticos, lo que constituye una amenaza. No importa si el gobierno es comunista del siglo XIX, Putin del siglo XX o XXI; el problema va más allá de las figuras individuales, es Rusia.
Yo, francamente, veo varias razones. No todos los rusos son iguales, no es así, pero estoy convencido de que Rusia carece de práctica democrática, porque nunca tuvo un gobierno con protocolos democráticos ni elecciones transparentes. Había elecciones, pero son similares a las que ocurren en Venezuela. Desde la época de la Unión Soviética hasta la Rusia actual, lamentablemente para los mismos rusos, no se ha desarrollado un sistema democrático comparable al de Argentina o Ucrania después de la caída de la Unión Soviética.
Además, Rusia sigue siendo, estoy convencido, un imperio: existen pueblos subyugados en el Cáucaso y en la lejana Siberia, y lamentablemente estos pueblos no están representados a alto nivel en el parlamento. Rusia está muy centralizada, aunque es una federación, y cuenta con un precedente de 25 años que demuestra que estas instituciones no funcionan como deberían. No hay cambios de poder efectivos, no hay elecciones transparentes, y la opinión pública carece de relevancia. Por eso, llegamos a la conclusión de que pocas cosas cambiarán en los próximos años.
Es un problema para toda la humanidad y para Europa, no solo para Ucrania, porque, aun con un poderío militar y una capacidad destructiva reducidos respecto de la época de la Guerra Fría, cuando abarcaba toda la ex Unión Soviética, la capacidad de destrucción de Rusia solo puede ser superada por Estados Unidos. Por ello, representa un desafío para todos los demás países del mundo a lo largo de todo el siglo.
Estoy de acuerdo: Europa es la primera víctima de una posible amenaza en el futuro. Por eso, los europeos están aumentando sus inversiones en defensa, no por gusto o por priorizar el gasto militar sobre el bienestar, sino por necesidad. Hace diez años, Europa no destinaba tanto dinero a la defensa como ahora. La situación es muy grave y genera preocupación en todos los países del continente, desde España hasta Finlandia.
Trump ofreció garantías de seguridad a Kiev por 15 años, pero Zelenski pidió hasta 50
Además, otros países deben entender que el mundo ha cambiado y que nos encontramos en una nueva etapa de confrontación entre sistemas democráticos y autocráticos. Lamentablemente, algunas dinámicas recuerdan a la Guerra Fría, y es evidente que el periodo de relativa paz de los últimos 10 o 20 años ya no existe. Es fundamental reconocer que las autocracias continúan presentes, algo que también se percibe en Sudamérica.
MV
LT
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