Minutos después de que se confirmara la cumbre entre el presidente estadounidense Donald Trump y su par ucraniano Volodimir Zelenski, Rusia lanzó un feroz ataque contra Kiev que destruyó vivienda e instalaciones públicas.
De acuerdo a las autoridades ucranianas, la capital soportó una ola de ataques que incluyó 519 drones y 40 misiles rusos. De ellos, unos 470 fueron abatidos por los sistemas de defensa.
Uno de los proyectiles que superaron las defensas ucranianas incendió un edificio de viviendas, y causó un muerto y 28 heridos, de acuerdo con el alcalde Vitali Klitschko. Otra persona perdió la vida en una zona periférica de la capital.
“El primer ataque dejó sin electricidad a más de 700 mil clientes el sábado por la mañana, y otros 400 mil quedaron desconectados en la región que rodea la capital”, declaró en Telegram el operador privado DTEK.
El ejército ruso dijo haber apuntado a instalaciones militares y a infraestructuras energéticas “usadas en beneficio de las Fuerzas Armadas de Ucrania”. Pero lo cierto es que varias viviendas civiles se vieron afectadas.
El ataque contra Kiev se produjo en la víspera de la reunión prevista el domingo en Florida entre Trump y Zelenski, en la que hablarán del plan promovido por Estados Unidos para poner fin al conflicto, que comenzó hace casi cuatro años.
Moscú también reivindicó ayer la toma de las localidades de Mirnograd y Guliaipolé, en el este de Ucrania. Putin dijo que las ofensivas en Donetsk y Zaporiyia estaban “intensificando la presión” sobre el ejército ucraniano. “Si las autoridades de Kiev no quieren resolver este asunto de forma pacífica, resolveremos todos los problemas que tenemos ante nosotros por medios militares”, amenazó.