Congreso

Daniel Arroyo: "Los gobiernos son de cuatro años, la gente se cansa rápido"

El diputado nacional aseguró que las redes sociales, la sobreinformación y la búsqueda de resultados rápidos provocan que el electorado busque otra alternativa. "Veo difícil que un gobierno pueda ser reelecto", sostuvo.

Daniel Arroyo. Foto: X @LicDanielArroyo

Daniel Arroyo, diputado nacional de Unión por la Patria, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), que la sociedad actual "acelera" los procesos de la política y los gobiernos duran sólo un mandato. En ese sentido, puso en duda la posibilidad de que Javier Milei sea reelecto en 2024, al considerar "se va a construir una alternativa para el 2027" el Congreso ante el cansancio del electorado. 

Daniel Arroyo es licenciado en Ciencia Política, docente universitario y político. Fue ministro de Desarrollo Social de la Nación durante la presidencia de Alberto Fernández. Anteriormente ocupó el cargo de ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires entre 2007 y 2013, y fue secretario de Políticas Sociales de la Nación entre 2003 y 2007. Se desempeña como diputado nacional y preside la Comisión de Discapacidad en la Cámara de Diputados de la Nación Argentina. Ha impulsado proyectos como la Ley de Emergencia en Discapacidad. 

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¿Dónde estabas vos en los años 90 cuando, por ejemplo, se denunciaba el Yomagate? El triunfo de Menem en 1995, con 50% de los votos, hacía que todas las denuncias de corrupción quedaran en la nada. Hago el paralelismo de si hoy el triunfo de Javier Milei en octubre hace que las denuncias en Discapacidad o del caso Libra queden subsumidas a la idea de que el triunfo da derecho para cualquier causa.  

En los 90 estaba en Flacso, en el ámbito académico. Éramos muy críticos del gobierno de (Carlos) Menem y del neoliberalismo. Teníamos mucha producción intelectual y veíamos las denuncias de corrupción. Además, nosotros éramos muy críticos de la situación económica y en un momento me convencí de que habíamos nacido para ser minoría, que lo nuestro era muy acotado y que no iba a trascender, y que simplemente planteábamos ideas que estaban sueltas para un sector, pero que no eran mayoritarias. Hasta que después se fue acumulando y finalmente algunas de las ideas que nosotros fuimos planteando, después de la crisis del 2001, se hicieron mayoría. Cuando después del 2001 empezaba a escuchar lo que se planteaba para adelante, decía: “Es lo mismo que estamos pensando nosotros”.

Hay un momento en que la sociedad no toma los hechos de corrupción o los problemas, pero va guardando en una parte de su cabeza cada cuestión. Es decir, está claro que Menem gana en 1995 en el medio de muchos hechos de corrupción y además con altos niveles de desocupación. La sociedad le dijo: “Siga, termine su camino”. Pero tomó nota y dos años después con el caso de Menem, se dio vuelta la cosa y empezó a gestarse un cambio grande. Para mí va a pasar lo mismo con el tema de Milei.

Yo creo que una parte importante de la sociedad que acompaña a Milei entiende que es una barbaridad lo que es en discapacidad, que hay problemas serios que el Gobierno está tomando, que está rompiendo un montón de cosas absurdamente. La gente cree que tiene que darle aire para que cruce el río, pero toma nota y en algún momento todo eso va construyendo una nueva mayoría. Yo creo que se va a construir un nuevo liderazgo en la Argentina para adelante, a partir de mucha gente que hoy en parte acompaña al Gobierno. En un momento van a decir: “No, esto ya va para cualquier lado”.

Siguiendo esa misma línea, voy a mencionar a Cristina Kirchner en 2011. Fue reelecta con el 54%, con el “Vamos por todo”. La oposición sintió que era necesario construir una alianza. Luego en 2013 ganó Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires, en la asociación en aquel momento con Mauricio Macri. ¿Hoy lo que ves en el Congreso no es una total dispersión?  

En principio, las alianzas que se generaron primero construyeron una idea. Cristina gana en el 2011 y el Frente Renovador, del cual yo formo parte, en el 2013 gana con la idea de “la ancha avenida del medio”, con un esquema. Se construye una idea que luego se potencia en una unidad política. Lo mismo pasó con la Alianza con Menem. El Frepaso venía denunciando el tema de la corrupción, y parecía algo marginal, un progresismo de Capital Federal y nada más, hasta que en un momento fue construyendo. Primero se construyen las ideas y después se construyen las alternativas.

Para mí la diferencia respecto de esos procesos con el de hoy es que los gobiernos son de cuatro años y la gente se cansa rápido. No es solo porque Macri y Alberto (Fernández) estuvieron cuatro años nada más. Creo que en general el sistema político hoy es de cuatro años. Lo que antes llevaba ocho años en un proceso de cansancio, o diez años en el caso de Menem, no es así hoy porque los procesos se aceleran. Veo difícil que en términos generales un gobierno pueda ser reelecto en Argentina, porque la misma sociedad que le dice que cruce el río, busca otra alternativa.

Mi impresión es que en un Congreso muy disperso, de mucho cuentapropista, de mucha persona que habla para el videíto nada más, entonces trata de decir cualquier barbaridad para salir dos minutos y poder ser viralizado, va a emerger una idea primera, como fue la ancha avenida del medio, como fue el Frepaso con la idea de la corrupción con Menem, y se va a construir una alternativa para el 2027. Yo veo gobiernos de cuatro años, no gobiernos largos en general hoy en América Latina.

Menem llevaba ocho años en el momento en que comienzan las denuncias de corrupción, en1997, que habían sido hechas cuatro años antes. En el caso del kirchnerismo fue en 2013, diez años después de haber comenzado, con cuatro de Néstor y seis de Cristina. ¿Esa capacidad de espera que tenía la sociedad hace 20 y 30 años, que soportaba ocho años, ahora es de cuatro?

Sí, porque las redes sociales, la dinámica, la sobreinformación y el buscar resultados rápidos, que es lo que cualquiera aplica para su vida, también se aplica para la política. Yo veo muy difícil gobiernos largos hoy en general en América Latina, porque aun la sociedad que está en parte de acuerdo pide otra alternativa. El siglo XXI, la vida cotidiana es mucho más rápida, y la política también. A mí me parece muy difícil que tengamos gobiernos largos. Ahora, lo que venga después de este proceso podrá ser bueno o no, interesante o no, depende de qué ideas se construyan y qué alternativa política se construya.

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14 diputados que eran del PRO se fueron con Patricia Bullrich a La Libertad Avanza. Lo mismo sucedió con diputados del radicalismo, varios de otros partidos provinciales y parte del peronismo que se separó del bloque general. Lo que hoy se percibe es todo lo contrario a esto que estábamos mencionando, de cuando las fuerzas políticas percibían que el ciclo estaba por cambiar. Pareciera que hay un efecto carro de ganador y que todos quieren aliarse con Milei, suponiendo que Milei no solamente le va a ir bien estos dos años, sino que va a ser reelecto.  

En parte sí. Yo creo que lo que pasa también es que la Cámara de Diputados se transformó en algo parecido al Senado. El Senado es de las provincias, y entonces la lógica de un senador de una determinada provincia es que vote en favor de los intereses de su provincia. La Cámara de Diputados se supone que es la Cámara de los Comunes, que es del pueblo, pero la lógica no ha sido esto. El Gobierno habla con los gobernadores para que sus diputados armen un bloque aparte, hagan esto, lo otro. Está pasando en lo territorial en la Argentina, porque se está federalizando por un lado, pero se está desenganchando lo territorial. Tres de tal provincia arman su propio bloque; cuatro de tal provincia, su propio bloque; se juntan algunas provincias. Eso tiene más lógica de senadores que de diputados.

Sí es cierto que una parte del sistema político lo que está leyendo es que esto va. Pero no tanto que “va” y que le va a ir bien al Gobierno, sino que quién va a terminar armando las listas dentro de dos años, y seguramente va a ser el Gobierno. ¿Dónde va a estar el poder a la hora de cerrar y definir? Seguramente va a ser el Gobierno. Creo que gran parte de los diputados que giran hacia ese lado leen eso con sentido. Sí es cierto que el Gobierno va consolidando más poder y que va a tener la lapicera claramente a la hora de definir candidaturas, y no el próximo turno electoral, y que van a pasar quiénes se portaron bien y quiénes no. Pero la sociedad es otra cosa, y lo que va a decir es: “Ya está, ahora que venga otro, ahora hagamos un cambio y que venga otro”. La sociedad acelera los procesos. La política lee dónde está el calor del poder y trata de acercarse, pero la sociedad tiene una dinámica muy rápida hoy para todo: para un programa de televisión, para el deporte, para la vida cotidiana, para un trabajo, para la política.

Tu lenguaje y tu análisis reflejan todos los estudios académicos de esos años de Flacso. ¿Es posible que estemos enfrentando que haya una anorexia de ideas y que lo que esté pasando es que el Gobierno enfrente un vacío en la oposición y que no haya ideas, y que esa diáspora de los diputados refleje que no ven ideas nuevas o superadoras?

Sí, hay una anorexia de ideas del siglo XXI. Hay ideas, pero de volver atrás, y es eso lo que la sociedad no quiere y no tiene sentido. Sí hay ideas respecto de “esto es un péndulo, volvemos para atrás, el Estado tiene que volver”, pero faltan ideas para adelante. Termino mi mandato el 10 de diciembre, y quiero, desde lo académico, volver a ayudar a construir otras ideas fuera de la caja. Tal vez las ideas en este tiempo no surjan de los espacios políticos, de los partidos, sino de los medios de comunicación, de las universidades, de otros lugares, porque la política tiene el problema, sobre todo el Congreso, y es que hay un momento que es blanco-negro. Uno puede decir que la reforma laboral esta no tiene sentido. Pero hay un momento en que hay que votar sí o no, y gran parte va a votar no porque está en contra de determinadas propuestas del Gobierno. Entonces se pierde esa dimensión de cosas más ricas, de otras miradas. Yo creo que hay anorexia de ideas del siglo XXI y que van a venir por fuera de los partidos políticos. Los partidos las van a abrazar, van a construir liderazgo, pero van a venir o por los medios de comunicación o por el ámbito académico-intelectual.

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