Javier Timerman: “Caputo convenció a Bessent de que si fracasa el Gobierno viene el comunismo”
El economista aseguró que el equipo económico logró instalar en Washington la idea de que una derrota oficialista abriría paso a "chavismo multiplicado por cien".
“Yo creo que nadie puede entender este nivel de involucramiento por parte de Estados Unidos en una economía totalmente periférica”, dice Javier Timerman, economista y analista financiero con cuatro décadas de experiencia en Wall Street. Según explica, el equipo económico argentino logró “un exitoso convencimiento” sobre que “esta es la última oportunidad para que Argentina se mantenga como parte del sistema geopolítico occidental”, y que “si no le va bien a este gobierno, lo que venga va a ser chavismo multiplicado por cien”. “A Bessent lo convencieron de que si fracasa el Gobierno viene el comunismo”, resumió en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).
Javier Timerman es licenciado en Ciencias Políticas, economista, analista financiero con más de 30 años de experiencia, en gran parte de ella en Wall Street. Ha desarrollado una sólida carrera en el sector financiero y es director de ADCAP Grupo Financiero.Con tus
Con tus contactos en Nueva York, ¿cómo se toma esto de que el Tesoro vende dólares y los argentinos siguen comprando, a pesar de que el Tesoro ofrece vender todo lo que sea necesario?
Yo empecé a trabajar en Wall Street en 1986, ya son 40 años. La mayoría de la gente con la que me relacioné, muchos ya están retirados. Yo creo que nadie puede entender lo que está pasando y este nivel de involucramiento por parte de Estados Unidos en una economía que es totalmente periférica, y totalmente irrelevante desde el punto de vista de contagios, de poner en peligro la estabilidad financiera mundial.
Estados Unidos se ha mantenido al margen de situaciones mucho más problemáticas para la estabilidad financiera mundial. La que más recuerdo es la crisis del ‘98, de las monedas asiáticas. Fue una crisis que golpeó de una manera feroz la estabilidad financiera mundial. Cayeron varios bancos en varios países, cayeron varios fondos de inversión y, sin embargo, Estados Unidos se mantuvo al margen de esa situación, a pesar de que esa situación en el sudeste asiático, de países como Tailandia, Indonesia, Malasia, Hong Kong, todos los tigres asiáticos que se venían derrumbando, coincidió con el impeachment a Clinton. Hubo una doble situación de estrés financiero global, y Estados Unidos no intervino en ningún formato, más allá de tal vez algún comentario.
Pero no este nivel de involucramiento que estamos viendo ahora, que no lo vi nunca en ninguna crisis, salvo en el 2008. Y tampoco creo que en el 2008 el secretario del Tesoro de ese momento hablase en forma diaria sobre lo que estaba pasando. Así que, para contestar tu pregunta, lo que más noto es una sorpresa, un “no puedo creer”, un “¿cómo puede ser?”. Más pensando que Estados Unidos no tiene presupuesto.
Vos decís: “Bueno, yo llevo 40 años, muchas de las personas de Wall Street que estaban en mi época hoy ya no están tomando las decisiones”. Pero Bessen es de nuestra generación, ¿creés que hay algo particular de Bessent con la Argentina?
Lo que todos se preguntan acá, allá, en todos lados, es: “Che, ¿pero por qué?”. Porque cuando Estados Unidos se involucra en Israel, nadie pregunta por qué. Cuando Estados Unidos se involucra en la relación con el mercado común europeo, nadie se pregunta por qué. Acá todo el mundo se pregunta por qué. En Argentina y en Estados Unidos. Muchos van a creer: “Bueno, porque se está llevando una provincia para ayudar a los amigos”. Yo no creo en nada de eso. Algo estratégico respecto a China puede ser, pero es un tema geopolítico que tal vez está ahí dando vueltas. Pero no creo que sea un plan del tipo “en la Argentina hay chinos, hay que sacar a los chinos”, etcétera.
Creo que más tiene que ver con un exitoso convencimiento por parte del equipo económico argentino de que esta es la última oportunidad para que Argentina se mantenga como parte del sistema geopolítico occidental proamericano, y que si no le va bien a este gobierno, lo que venga va a ser chavismo multiplicado por cien. Y que en ese contexto de chavismo multiplicado por cien, a Estados Unidos no le va a convenir. Eso, yo creo, en la mentalidad de Bessent está presente. Y eso lo hace involucrarse de esta manera.
¿Por qué el modelo de Milei es insustentable aún con el apoyo estadounidense?
Creo que si el kirchnerismo, en el pasado, hubiese tenido relaciones más maduras, menos confrontativas con Estados Unidos, creo que eso no estaría pasando. Creo que Estados Unidos no se involucraría de esta manera. Yo creo que Trump, es verdad, ayuda más a sus amigos, pero Trump no se involucró con Macri de la manera que ahora. Con Macri también tenía una relación, pero él no está en el día a día. Y la política de Estados Unidos respecto a involucrarse a través del Fondo Monetario era una política de Estado. Estados Unidos no se involucraba si no era a través del Fondo Monetario Internacional. Y acá, el Fondo hoy no existe.
La Argentina no cumple con el acuerdo con el Fondo en términos de acumulación de reservas, y no es un tema. Imaginate que Kristalina salga a decir que Argentina tiene que hacer un esfuerzo por acumular reservas, que es lo que firmó Argentina. ¿Cómo se va a contradecir a Bessent, que dice “este es el mejor equipo económico”? O sea, se están dando situaciones que son totalmente anómalas desde el punto de vista de Estados Unidos. Y yo creo que la razón de eso es lo que te mencionaba antes: una compra contundente, por parte de Bessent, de que lo que se viene, si este gobierno no es exitoso, es el comunismo. Lo dicen. No es una interpretación. Hablan de cien años de decadencia producto del peronismo. Como dice él: “The Peronists are coming”.
Como vos mismo decías, Argentina no es un país que tenga una importancia que pueda generar un “efecto tequila”. Digo: me parece que aún en la hipótesis de que una persona como Scott Bessent esté pensando ese escenario en la Argentina, no es relevante para el secretario del Tesoro que eso pase en la Argentina. Entonces, mi pregunta es si no hay una relación emocional particular de Bessent con alguien de la Argentina que aún no descubrimos.
No lo sé, no me consta, no lo sé, no puedo opinar. Coincido con vos que si hoy Argentina decidiese hacer un default, romper todos los contratos y alinearse con Rusia, el mercado financiero global no lo va a sentir nada. O sea, el poder de contagio de Argentina es cero. Ni se estaría hablando en Wall Street de eso.
Yo creo más en la hipótesis que te mencionaba. Para una persona como Scott Bessent, que trabajó en el sistema financiero, que fue partícipe de muchos de los fracasos de Argentina de los últimos años, situaciones que llevaron a fracasos, y que el equipo económico, con astucia lo convenció de esto, de que es una última oportunidad y que del otro lado está el caos absoluto, y él lo compra.
¿Alcanza con el respaldo de EE.UU.?
Hay un hecho curioso. Cuando el gobierno argentino decide salir del cepo para las personas físicas, en abril, Scott Bessent anunció que iba a venir a la Argentina, y desde el equipo económico contaron, en una reunión para gente del mercado, que le preguntaron sobre eso y él dijo: “Fue muy simple. Cuando nosotros anunciamos que íbamos a abrir el cepo, Bessent nos preguntó: ‘¿Hay algo que pueda hacer yo para ayudar? Quiero ayudarlos. Díganme cómo puedo hacer para ayudarlos’”. Y es raro también eso, que haya venido por un par de horas. Pero creo que es más lo que te mencionaba: una fe ciega en este equipo económico, y el hecho de que fue convencido que detrás de esto están los malignos del kirchnerismo.
¿Cómo sigue después del 26 esto?
Todos los inversores que vienen a la Argentina le vienen diciendo al gobierno que la Argentina necesita un tipo de cambio flexible. Esa es una realidad. Y muchos pensamos que después de las elecciones el gobierno tenía que tomar decisiones en dos caminos diferentes. Uno, el político, respecto a que se acabó esto de la arrogancia de que yo gobierno solo, y que iba a buscar alianzas, y fueron a hablar con Macri y todo eso. Toda esa pata política que el gobierno dice que va a necesitar para pasar las leyes, todo eso seguramente ocurra. Después está la otra pata, que era lo que le pedían los fondos, lo que los economistas de todos los sectores en la Argentina coincidían: que la Argentina necesitaba un tipo de cambio más flexible, tasas de interés más previsibles, política monetaria más ortodoxa en el sentido de tener una tasa de interés que el Banco Central administre.
Para simplificarlo: devaluar.
Sí, de alguna manera sí. Ahora, esto que está pasando en estos últimos días es raro. Bessent dijo: “Estamos coordinando con el equipo económico las medidas a tomar”.
Entonces, si está coordinando con el equipo económico y está vendiendo dólares y comprando pesos, no va a haber una devaluación la semana después de las elecciones, porque lo van a dejar a Bessent pagando. A Bessent le está comprando pesos y la semana que viene van a devaluar, y ahí tomaría una pérdida Bessent. Salvo que decidan abrir el cepo totalmente y que el Tesoro americano intervenga de manera masiva y el dólar no se mueva. Pero es una jugada muy arriesgada.
¿No es lo mismo como hoy está vendiendo dólares y comprando pesos para mantener el techo de la banda, hacer lo mismo para mantener un dólar flotando, pero a 1600?
Puede hacerlo tranquilamente, y creo que a esta altura es conveniente. Lo que pasa es que, si liberan el cepo para empresas, ya va a haber mucha más demanda. El tema es que lo que está verdaderamente en juego, y lo que los fondos van a empezar a mirar, es el 2027. Entonces, la estrategia tiene que ser tal que la economía mejore. Porque, si no, ¿qué va a ser? La gente sabe que, si la Argentina cambia de gobierno, la relación con Estados Unidos no va a ser esta. Porque a mí me hubiese gustado que la relación sea entre países y no entre gobiernos.
El hecho de que un presidente argentino vaya a Washington y no lleve a miembros de la oposición, y no se reúna con miembros de la oposición en Estados Unidos, cosa que hacen Netanyahu cuando viene a Washington, me parece un problema. Pero, de todas maneras, la carrera al 2027 va a ser muy volátil, y si la economía no mejora, yo creo que los acuerdos políticos que pueda lograr el presidente, o que pueda aspirar a lograr, también van a ser más difíciles.
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