GIRO EN DÓLAR Y RESERVAS

Caputo, Bausili y la importancia de la "buena calibración"

El presidente del BCRA anunció una actualización por inflación de las bandas de flotación del tipo de cambio y un programa de compra de reservas, dos extendidos reclamos al Gobierno. El mensaje que envió el mercado la semana pasada y la duda sobre una de las anclas del programa económico.

Pablo Tigani: “Es muy errático el comportamiento del ministro de Economía y del presidente del Banco Central” Foto: Cedoc

Es posible asociar la decisión de actualizar las bandas entre las que flota del tipo de cambio al ritmo de la inflación (hasta hoy la corrección es de un 1% mensual) y anunciar un programa de compra de reservas, a la floja colocación de deuda de la semana pasada, por un monto más bien modesto para los estándares de Luis Caputo (US$ 1.000 millones) y con una tasa cercana a los dos dígitos (9,26%). 

Después de largos ocho años, la Argentina volvió el miércoles pasado a colocar deuda en dólares para hacer frente a los vencimientos de los bonos el AL29 y AL30 del 9 de enero por US$ 4.200 millones (US$ 2700 millones de capital y US$ 1.500 millones de intereses), mientras avanza con una negociación por un préstamos con bancos internacionales. El resultado, si bien no demasiado lejos del esperado, fue pobre. Y contuvo un mensaje del mercado a Caputo. No será tan fácil conseguir financiamiento. Un límite.

Tres ruedas después de esa licitación, y con el presidente del Banco Central Santiago Bausili como rostro, el ministro de Economía dio un giro que no estaba en los papeles y anunció lo que todo el mundo le venía pidiendo desde hacía meses, incluidos el Tesoro de EE.UU., el FMI —con el que hay compromisos— y un conjunto de economistas locales de amplísimo espectro. 

El Gobierno cede ante la presión del FMI e implementará un esquema para el dólar con riesgo inflacionario

Entre la emisión de deuda y el anuncio de ayer medió la publicación del índice de inflación, que volvió a acelerarse en noviembre (2,5%) y pronunció la curva alcista iniciada en junio. 

En una exposición ante la 31º Conferencia Industrial de la UIA, hace apenas un mes, Caputo había descartado una vez más un régimen de libre flotación cambiaria y dijo, con el uso habitual que hacen los economistas de la segunda persona: “Si vas a defender las bandas”, tienen que estar “bien calibradas y, en particular, el techo de la banda”, afirmó Caputo. Viene con el empleo de ministro de Economía: todo está siempre bien, hasta que se cambia de manera imprevista por algo que va a estar mejor. Lo importante es la buena calibración.

El efecto probable de un anuncio como el de ayer —que la suba en la cotización de dólar acompañe la inflación y que el BCRA empiece a comprar regularmente reservas— es una mayor presión sobre el tipo de cambio, coincidían los economistas. ¿Se apaga el ancla cambiaria, uno de los pilares de la estrategia económica para controlar la inflación? Bausili lo negó.

Para Lacunza, “el cambio es positivo. Por supuesto tiene riesgos (nominales), pero más riesgoso era no hacer nada”

“La flexibilización de las bandas era indispensable. El esquema al 1% mensual llevaba a una apreciación real del peso insostenible. El cambio aliviana ese problema, pero tiene un costo claro: menos ancla cambiaria, más inercia inflacionaria y un sendero de desinflación más lento”, posteó ayer en X Martín Rapetti, director de Equilibra. “Aun así, es un precio que vale la pena pagar para ganar sostenibilidad. Que el BCRA empiece a acumular reservas es clave. Todo apunta a que este es el primer paso de una transición hacia mayor flexibilidad cambiaria”, dijo Rapetti.

Para el exministro Hernán Lacunza, de Empiria, “el cambio es positivo”. “Desde mañana el régimen cambiario será más creíble. Por supuesto tiene riesgos (nominales), pero más riesgoso era no hacer nada”, aseguró Lacunza, y destacó que resultan “saludables” el “reconocimiento implícito de que el nivel de reservas no es indiferente al tipo de cambio real” y “el vínculo entre nivel de reservas y menor riesgo país”.

Renunció Juan Pazo, director de ARCA, y asume Andrés Vázquez

El mercado ayer le dio la razón a Lacunza y también una buena noticia al Gobierno: el riesgo país que elabora el JP Morgan —que mide la tasa de sobreprecio de los bonos soberanos respecto de la que paga el Tesoro de EE.UU.—, bajó en el cierre más de 5% y perforó los 600 puntos, rango en el que se había estacionado desde el lunes que siguió al triunfo oficialista del 28 de octubre. Y subieron los títulos públicos.

Otro economista lo leyó de ese modo. “Parece que el equipo económico esperó a ver cuánta euforia había poselecciones. Y no hubo la suficiente como para no empezar a corregir lo que todos le pedíamos, sobre todo a los mercados”.

Actividad y empleo

Esta tarde se conocerá el informe del Indec sobre el nivel de actividad del tercer trimestre. El último dato de actividad económica, del segundo semestre, mostró una suba de 6,3% respecto de igual período del año anterior, aunque una caída de 0,1 respecto del trimestre anterior.

El jueves saldrá el dato de empleo. Según el último informe del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) conocido ayer, el empleo formal registrado cayó 0,1% respecto al mes anterior (-0,2% privados y -0,7 en casas particulares): son 11,2 mil puestos de trabajo menos y 49 mil menos desde junio. Según la consultora LCG, del informe se desprende que desde diciembre de 2023 se perdieron 242.383 empleos formales.

La semana próxima el Indec dará la estimación de la actividad económica de octubre: en septiembre mostró un crecimiento del 5% interanual y un alza de 0,5% respecto al mes anterior. Entre los sectores que registraron subas interanuales en septiembre se destacaron Pesca (58,2%) e Intermediación financiera (39,7%); esta fue la de mayor incidencia en el índice. La industria manufacturera cayó en cambio un 1% interanual. 

Una pregunta que interpelaría al universo conceptual libertario: ¿busca Milei una recuperación de la actividad en la industria al precio de tolerar un poco más de inflación? Una herejía kirchnerista. 

 

ML