Cobertura Aviar: Una protección vital para un sector que enfrenta desafíos complejos
El sector avícola se enfrenta a desafíos cada vez más complejos, entre los que se destacan inundaciones, enfermedades exóticas y fallas técnicas que pueden convertir el negocio en quebranto. Qué mirar al considerar una cobertura por siniestros para el sector.
En un contexto de creciente incertidumbre climática y sanitaria, el sector avícola argentino enfrenta desafíos cada vez más complejos. Inundaciones, enfermedades exóticas y fallas técnicas han puesto en jaque a miles de productores en los últimos años.
Frente a este panorama, la cobertura con seguros específicos para el sector aviar se posiciona como una herramienta clave para mitigar riesgos y garantizar la continuidad productiva.
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La necesidad de contar con una cobertura sólida quedó en evidencia tras los devastadores eventos climáticos de mayo de 2025. Un temporal sin precedentes provocó la muerte de entre 500.000 y 600.000 pollos en zonas clave como Salto, Capitán Sarmiento y San Antonio de Areco, con un impacto económico estimado en más de 3.000 millones de pesos.
Las lluvias torrenciales y el desborde de arroyos dejaron plantas procesadoras inundadas, camiones varados y rutas intransitables, paralizando la cadena logística y obligando a evacuar personal en importantes empresas del sector.
El fantasma de la influenza aviar
A estos eventos se suma la amenaza sanitaria. En agosto de 2025, el SENASA confirmó un nuevo brote de influenza aviar altamente patógena (H5) en una granja de gallinas ponedoras en Los Toldos, lo que obligó a suspender temporalmente todas las exportaciones avícolas del país. Esta situación se suma a la crisis de 2023, cuando la enfermedad obligó al sacrificio de más de dos millones de aves, generando pérdidas por 400 millones de dólares y el cierre de mercados clave como China.
Un sector resiliente, pero vulnerable
La avicultura argentina ha demostrado una notable capacidad de recuperación. En 2022, el país produjo más de 14.600 millones de huevos y exportó productos avícolas por 421 millones de dólares, con destinos como China, Arabia Saudita y Chile. Sin embargo, la alta concentración geográfica de la producción en provincias como Buenos Aires y Entre Ríos, sumada a la creciente frecuencia de eventos extremos, exige una mirada estratégica sobre la gestión de riesgos.
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Para elegir un producto de cobertura es clave considerar que tenga un alcance integral, teniendo en cuenta las distintas circunstancias que este sector demande. Entre las que podemos mencionar:
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Muerte o estado agónico por enfermedades como Viruela Aviar, Coccidiosis, Tifosis-Pollorosis, Microplasmosis, así como Influenza Aviar y Enfermedad de Newcastle.
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Eventos climáticos extremos: incendio, rayo, inundación, granizo, viento y tornados.
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Fallas técnicas: rotura o desperfecto de maquinaria vinculada al cuidado de los animales.
Así como también es importante que la póliza esté diseñada para proteger a las gallinas ponedoras en explotaciones avícolas registradas ante SENASA.
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En tiempos donde la previsibilidad es un bien escaso, contar con un respaldo sólido puede marcar la diferencia entre la continuidad o el colapso de una explotación.
* Riesgos Agropecuarios y Forestales WTW
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