Construyendo puentes en un mundo dividido
Conflictos que alguna vez parecieron resueltos se están reavivando, y los líderes que están llegando al poder ahora darán forma al orden mundial durante las próximas décadas.
Estamos experimentando un período de cambio intenso y profundo en la escena internacional, ya que las alianzas estratégicas y las instituciones que han guiado al mundo durante el último medio siglo están siendo puestas en tela de juicio. Conflictos que alguna vez parecieron resueltos se están reavivando, y los líderes que están llegando al poder ahora darán forma al orden mundial durante las próximas décadas.
En este contexto, mientras algunos se apresuran a construir muros, en la Unión Europea estamos construyendo puentes. Estamos reafirmando nuestro compromiso con un orden internacional basado en valores democráticos, derechos humanos, respeto mutuo y asociaciones de beneficio mutuo (win-win). Este fue el mensaje de la UE en la reciente cumbre con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Los miembros de esta particular comunidad transatlántica han recorrido un largo camino juntos, y en Santa Marta, Colombia —la ciudad más antigua de América Latina, conocida coloquialmente como "el corazón del mundo"— fortalecimos nuestro vínculo. Las razones para hacerlo eran obvias. Sabemos que, juntos, podemos asegurar un mundo más seguro y democrático, y promover un desarrollo más justo y sostenible para nuestras sociedades.
¿Puede la derecha estadounidense encontrar el camino de regreso?
Juntos, la Unión Europea, América Latina y el Caribe representan más de mil millones de personas, el 14% de la población mundial y el 21% del PIB global. Representamos un tercio de todos los miembros de las Naciones Unidas y compartimos una de las alianzas más sólidas del mundo, arraigada en una historia común, valores compartidos, algunas de las redes comerciales más densas del mundo y, sobre todo, una voluntad de avanzar juntos. Al fortalecer esta asociación, podemos pasar de amplificar a multiplicar nuestro impacto en el emergente orden internacional.
El Banco Europeo de Inversiones (BEI) está desempeñando un papel clave en el fortalecimiento de esta relación. A lo largo de nuestros 45 años de trabajo en América Latina y el Caribe, hemos construido relaciones de confianza duraderas, financiando más de 350 proyectos de alto impacto para impulsar el crecimiento económico, elevar los niveles de vida y fortalecer las comunidades.
Estas inversiones están apoyando grandes proyectos de infraestructura de energía, transporte y telecomunicaciones, mejorando la adaptación y resiliencia al cambio climático, apoyando a las pequeñas y medianas empresas y microempresas, y promoviendo el emprendimiento femenino. Hemos ayudado a financiar microcréditos para mujeres en Brasil; una plataforma de hidrógeno verde en Chile; interconexiones eléctricas en Colombia, Panamá y Costa Rica; y la construcción de redes de transporte sostenible como los metros en Bogotá, Quito y São Paulo.
A finales de este año, habremos alcanzado un nivel récord de financiación del BEI en la región, con una cifra final que superará los $3.000 millones de dólares. Esto incluye contratos recién firmados en Santa Marta para energía solar en Colombia y saneamiento de agua en Ecuador, proyectos que beneficiarán a más de 2,5 millones de personas. También hemos anunciado un nuevo programa de $1.150 millones de dólares para apoyar las interconexiones eléctricas en Centroamérica.
Un punto de inflexión para la energía limpia
Paralelamente a la cumbre de Santa Marta, el BEI está participando activamente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) que se celebra simultáneamente en Brasil, consolidando aún más su papel como banco climático. Las recientes pérdidas y los daños catastróficos infligidos por el huracán Melissa en el Caribe demuestran la urgencia de invertir más en prevención y adaptación. Y eso es lo que estamos haciendo: el 70% de nuestras inversiones en América Latina y el Caribe se destina a la acción climática.
En un momento en el que muchos países y líderes políticos están dando pasos atrás y mirando hacia dentro, los compromisos de la UE y el BEI con el multilateralismo y la transición verde son más fuertes que nunca. Estos son desafíos que solo podemos resolver si trabajamos juntos. Es por eso que nuestras discusiones en Santa Marta también se centraron en fortalecer la cooperación con los otros bancos multilaterales de desarrollo activos en la región, especialmente la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe) y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Estas asociaciones multilaterales son esenciales para lograr nuestros objetivos compartidos. Si continuamos avanzando en el espíritu de colaboración que se demostró en Santa Marta, reforzando nuestras alianzas y fortaleciendo nuestras amistades, estoy convencida de que dar forma al orden internacional para mejor está a nuestro alcance.
(*) Nadia Calviño es la Presidenta del Banco Europeo de Inversiones.
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