El legado del Papa

Bernarda Llorente: “El libro y el documental sobre la vida de Francisco es un deber moral y un compromiso que tengo”

La periodista, politóloga y productora de TV conversó con Gabriela López en #MujeresenlaJungla (Protagonistas en marcha) por Radio Perfil AM 1190 sobre el rol de la mujer en el periodismo y los medios, su visión sobre la televisión actual, la democracia y sus proyectos sobre la vida del Papa Francisco.

Bernarda Llorente con el Papa Francisco durante su última entrevista. Octubre de 2024. Foto: CDOC

Gabriela López: Sos la periodista argentina que más entrevistaste al Papa Francisco en sus 13 años de papado. ¿Cuáles son las frases que aún te resuenan y qué guardas en lo personal de esa experiencia?

Bernarda LlorenteEl Papa Francisco era un ser extraordinario y además un ser de una enorme valentía y muy consciente de que este mundo, esta civilización, porque él hablaba de crisis civilizatoria, había tocado sus propias limitaciones y que había que construir otra cosa. Francisco siempre pugnaba por una construcción colectiva frente a un mundo tan individualista donde priman los intereses individuales. La pandemia fue como una confirmación de todo esto.

Creo que hoy si uno habla del legado del Papa, en un mundo donde a veces parece avanzar hacia otro lado, es hablar de fraternidad y de que todos somos hermanos. Su preocupación sobre la ecología, el cuidado de la Tierra en función de los seres humanos para poder hacerlo vivible, y sobre todo el mundo del descarte, el mundo de los descartados, de los más desposeídos, el mundo de las arbitrariedades.

Francisco intentaba poner otros criterios y creo más allá de lo que pase, hay que retomar el pensamiento del Papa en el largo plazo, en la construcción de un mundo distinto. Hay oleadas, que cada vez duran menos y creo que el aporte más importante que podemos hacer cada uno de nosotros es como ayudamos a construir este futuro distinto desde donde estemos y de acuerdo a nuestras posibilidades.

Uno tiene que ver con Francisco: yo lo entrevisté muchas veces más allá de las tres entrevistas públicas, la última en octubre del año pasado, y teníamos con él el proyecto de un libro y de una serie documental en el que estoy trabajando y que me cuesta porque es un gran desafío. Una cosa era con Francisco vivo y al cual podía recurrir con cualquier duda y otra cosa es el legado de Francisco, su ausencia, lo sigo extrañando mucho, pero creo que el mundo lo extraña mucho.

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Una de las últimas cosas que me dijo Francisco es “yo te tengo mucha confianza”. Esto que es muy gratificante, porque para uno es muy fuerte como ser humano, pero también conlleva una responsabilidad enorme. Es una palabra que me pesa para no defraudarlo, además del inmenso amor que le tengo y como marcó mi vida. Este es uno de los proyectos más interesantes, y el de Francisco es un deber moral y un compromiso que tengo.

Las mujeres en los medios y el periodismo: sus comienzos

BLL: Cuando yo empecé en el mundo del periodismo ya había muchas mujeres que nos habían abierto el camino, y si bien era normal que las mujeres trabajáramos en periodismo, lo que sí existía (y sigue existiendo, pero se va rompiendo un poquito) es el techo de cristal.

Lo que veías era pocas mujeres especializadas en determinados temas: por ejemplo, la economía y la política todavía eran un mundo de hombres. Aunque uno no tenía esos prejuicios y los pasaba, nunca sentí esos límites, pero objetivamente cuando uno ve los cambios que ha habido en los medios de comunicación, sí ha habido muchas limitaciones para las mujeres. De hecho, al día de hoy sólo existirán unas 15 mujeres en el mundo que sean dueñas de medios. Yo tuve la suerte de ser la primera presidenta de Télam, pero en ese momento era la única mujer a cargo de una agencia de noticias en el mundo.  

Creo que en los últimos años las mujeres hemos sido las primeras en ocupar determinados espacios que hasta ese momento no parecían como vedados pero que en la práctica lo estaban.

La televisión actual y los desafíos tecnológicos

BLL: Hoy es una época de transición donde la televisión está como muy dividida. En Argentina quedó en el rincón y cada vez es más el achicamiento en la calidad y en los recursos. Y, por otro lado, tenés canales de televisión mundiales que han apostado mucho. Nunca hubo tanta producción televisiva y de contenidos que uno los ve muchas veces a partir de las plataformas. Pero son los que lograron hacer de la televisión hoy, los que invirtieron, el espacio más creativo y el espacio de más riesgo frente al repliegue de un Hollywood que hizo un poco lo que le pasó a la televisión argentina.  

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Cuando la televisión o la ficción traspasa la vida real y la transforma, esto es muy importante, no para uno sino un aporte a la sociedad. Por ejemplo, cuando realizamos Televisión por la Identidad en Telefe, que eran tres historias de nietos recuperados que lo hicimos junto a Abuelas, y a partir de ese programa y de otra tira como Montecristo, que fue un complemento, se recuperaron más de diez nietos. En una presentación estaba con una Abuela que me dijo, “gracias a ustedes recuperé a mi nieta”. 

La crisis de la democracia

En general, no hay demasiado respeto a la división de poderes. Eso me parece un tema fundamental hoy en Argentina, no solo en el Congreso sino también en la Justicia. Si hoy tenés que analizar cómo funciona la democracia argentina uno de los grandes problemas también es la Justicia y su manipulación, la Justicia usada en términos políticos además de sus problemas estructurales, de lo que tarda, de sus arbitrariedades, de lo mal que funciona en su dinámica cotidiana. Me parece que la no separación de poderes, tener la Corte que tenemos, etcétera, nos está hablando de una calidad democrática en 40 años en Argentina que en vez de crecer se fue deteriorando.

Cuando uno piensa lo que significó la democracia hace 42 años, todas las expectativas estaban puestas en un sistema político que podía garantizar o que todos creíamos que garantizaba determinadas calidades de vida, o por lo menos garantizaba que la política estaba en función y el Estado en función de mejorarnos la vida.

42 años más tarde, la democracia como tal está en crisis en el mundo porque muchas veces nosotros analizamos la realidad argentina como si fuera única, incluso fenómenos políticos como si fueran únicos como Milei, cuando uno ve a La libertad Avanza y muchas de sus políticas son bastante de manual de lo que está pasando en otros lugares del mundo. No hay ningún descubrimiento, la creación de la ultraderecha con determinados mecanismos y determinadas batallas se está dando en el mundo uno dice cómo salimos de esta democracia y me parece que es la pregunta y el desafío: somos capaces, vamos a ser capaces a nivel planetario de reinventar la democracia con mayor participación, con mayor equidad. Quedó demostrado que por sí misma, con la democracia no se come, no se educa, no se cura sino que a esa democracia hay que ponerle una serie de políticas y también una serie de acuerdos y también una serie de valores.

DCQ