Jóvenes emprendedores

Cinco primos se inspiraron en sus padres y tomaron el desafío de combinar familia y trabajo

Una sola empresa y cinco primos para definir decisiones cotidianas. Santiago, Lucila, Pedro, Joaquín y Valentina dicen que, por ahora, la terapia corpofamiliar no es necesaria.

(De izq. a der.) Primos y socios: Pedro, Santiago, Lucila, Valentina, y Joaquín Ribatto Crespo. Foto: GTZA.KILLERS COMMS

Hay frases que, a veces, se expresan como consejos –incluso no pedidos–, y relacionadas a negocios y familia y que apuntan que lo mejor es que sean cuestiones separadas. Igualmente, en Argentina hubo un tiempo donde las empresas familiares no eran una excepción. Y en los años noventa, se dio otro tiempo donde muchas compañías reconocidas, eligieron vender su historia y marca a holdings extranjeros.

Valentina y Lucila son las dos únicas mujeres de la empresa y manejan áreas sensibles. 

Los Ribatto Crespo son una familia de cinco primos que fueron por el modelo prenoventista, y se unieron en 2019 para crear una pyme que combina la fabricación nacional y con la importación de productos afines a los que fabrica y que son tendencia en el exterior, y que ya tiene 120 empleados. Así Santiago, Lucila, Pedro, Joaquín y Valentina son primos y dieron origen a AltoRancho, no sin antes –como en una sesión de terapia de grupo– analizar pros y contras teniendo en cuenta que este desafío no era algo que desconocieran: sus padres son tres hermanos que también fundaron una pyme que funciona hasta el presente.

Heredar o elegir otro camino: uno de los desafíos en las empresas familiares.

—¿Qué dudas tuvieron al principio fuera de la lógica incertidumbre que tiene todo emprendedor acerca del éxito y fracaso?
—Al principio, las dudas pasaban más por lo económico que por la idea en sí. La inflación, los altos costos operativos y la inestabilidad regulatoria eran temas que generaban preocupación. También nos preguntábamos si íbamos a poder sostener un modelo mixto de producción e importación en un contexto tan cambiante como el argentino.

(De izq. a der.) Santiago, Pedro y Joaquín, primos y socios en AltoRancho. 

—¿Hubo consultas con sus respectivos padres?
—Sí, por supuesto. Desde el inicio ellos fueron nuestros principales consejeros. De hecho, se convirtieron en verdaderos mentores para nosotros en todas las áreas y nos ayudaron especialmente en la toma de decisiones importantes.

¿Qué dice del 2026 el Instituto Argentino de la Empresa Familiar? 

—¿Qué consejos les quedaron presentes?
—Un concepto que Ricardo Ribatto Crespo —uno de los tíos–, repetía mucho: la importancia de “tener las escaleras niveladas”. Con esto se refería a mantener un equilibrio entre las distintas áreas de la empresa para evitar futuros desajustes. Si, por ejemplo, la fábrica estaba produciendo mucho, pero las ventas venían bajas, o si la inversión en marketing crecía demasiado respecto del resto, había que encontrar la forma de que todas las áreas se mantuvieran en un mismo escalón. Ese enfoque nos ayudó a construir una estructura más sólida y a prevenir problemas a largo plazo.

—¿Esa historia común de ver a sus padres trabajar juntos fue clave para encarar AltoRancho?
—Totalmente. Crecimos viendo a nuestros padres trabajar juntos en Hawk Helmets, una fábrica y distribuidora de cascos que fundaron en 1991. Ver cómo se organizaban, cómo tomaban decisiones y cómo se apoyaban entre hermanos fue clave para nosotros. Esa historia común nos dio la confianza de que se puede trabajar en familia si hay claridad en los roles, respeto y un objetivo compartido.

¿Reestructurar para evolucionar? Una cuestión constante en las empresas familiares.

—¿Cómo se dividieron cargos y tareas? 
—Desde el comienzo cada uno asumió el área en la que se sentía más cómodo o tenía experiencia previa. La división fue bastante natural; no hubo conflictos por los roles porque todos entendíamos desde el inicio cuál era el fuerte de cada uno.

(De izq. a der.) Joaquín, Lucla y Valentina (de pie); Santiago y Pedro (sentados), primos y socios.

—¿Cómo son las reuniones para definir, por ejemplo, una nueva colección ?
—La encargada principal de eso es Lucila que es más actualizada y con más criterio. Sí podemos debatir sobre si algo o no va funcionar pero, en términos generales, nadie propone algo descabellado.

 Familia, propiedad y empresa: tres esquemas superpuestos en pymes familiares.

—¿Tienen algún consultor externo o hacen terapia de grupo orientada a familia y trabajo?
—Por el momento, no. Pero a medida que sigamos creciendo creo nos hará falta algún coach o consultor sobre todo para la organización interna.

La pérdida de identidad es uno de los peligros en la empresas familiares.

—¿IKEA (*) sería un competidor peligroso para ustedes?
—Sabemos que la llegada de marcas internacionales puede ser un desafío, pero no trabajamos con miedo a eso. Nuestro diferencial está en el diseño argentino y la calidad, también en la  identidad y la experiencia.

(*) IKEA, empresa de origen sueco, famosa en el mundo por su esquema de venta de productos para la vivienda.