Evita bajo la mirada de Annemarie Heinrich: los retratos que hicieron historia
La fotógrafa alemana-argentina retrató a Eva Duarte en los años previos a convertirse en Primera Dama. Sus imágenes, publicadas en revistas de espectáculo entre fines de los ’30 y comienzos de los ’40, ayudaron a construir la figura pública de una de las mujeres más influyentes de la Argentina.
La relación entre Eva Duarte de Perón y la fotógrafa Annemarie Heinrich quedó plasmada en una serie de retratos que marcaron un momento decisivo en la vida de quien luego sería conocida como Evita. Entre 1937 y 1944, Heinrich realizó varias sesiones que acompañaron la carrera artística de Eva en el cine, la radio y el teatro, cuando aún no era parte de la vida política nacional.
Las fotografías de Heinrich circularon en las principales revistas de espectáculo de la época, como Sintonía, Radiolandia y Guión. En un contexto donde la industria cultural estaba en expansión, estas publicaciones eran una plataforma clave para construir la imagen de los artistas. Para Eva, significaron un impulso en su carrera como actriz y locutora radial.
El retrato de “Malla con lunares”
Uno de los retratos más célebres de Evita realizados por Heinrich data del 25 de octubre de 1939. Con un traje de baño con lunares y el cabello suelto, la joven aparece sonriente y fresca, en una imagen que rompía con la rigidez de las fotos más tradicionales. Esta fotografía fue reproducida en tapas y notas de revistas, generando impacto en un público que empezaba a familiarizarse con su rostro.
Una tapa inolvidable
En abril de 1940, la revista Guión publicó en portada una fotografía de Heinrich que mostraba a Eva en traje de baño. El retrato, que combinaba sencillez y glamour, revelaba la capacidad de la fotógrafa para captar tanto la naturalidad como la proyección aspiracional de sus modelos.
Para 1942, Eva ya había dejado atrás los años de mayor precariedad. Instaló un departamento en la calle Posadas, en Recoleta, y comenzó a retratarse con vestidos elegantes y joyas. Las imágenes de Heinrich de ese período muestran una faceta más sofisticada, en consonancia con su ascenso social y su deseo de consolidar una presencia pública más fuerte.
El retrato icónico de 1944
Ese camino tuvo un punto culminante en 1944, cuando Heinrich registró uno de los retratos más recordados de Eva Duarte. La fotografía muestra a la actriz en primer plano, con la cabeza apoyada sobre su mano engalanada por un anillo de topacio. Bajo un juego de luces y sombras, la imagen transmite intensidad, firmeza y carisma. Esa foto fue colocada en el comedor del departamento que Eva comenzó a compartir con Juan Domingo Perón ese mismo año.
Heinrich y su estilo
Annemarie Heinrich, nacida en Darmstadt (Alemania) en 1912 y radicada en Argentina desde 1926, fue una de las fotógrafas más influyentes del siglo XX en el país. Reconocida por su dominio de la luz y su estética glamorosa, retrató a las grandes figuras del espectáculo, desde Tita Merello hasta Mirtha Legrand. Su estilo combinaba técnica impecable con una capacidad única para captar la esencia de sus modelos.
Las sesiones de Heinrich también revelan la participación activa de Eva en la construcción de su imagen. Testimonios de la época recuerdan que visitaba redacciones de revistas para gestionar la publicación de sus fotos. La propia Heinrich contó que le habían pedido hacer imágenes “un poco sexy”, pero que Eva era una mujer “muy modesta y simple”, lo que condicionaba el resultado.
Con el tiempo, esas fotografías de Evita circularon más allá del ámbito artístico. Aunque no fueron concebidas como propaganda política, contribuyeron a familiarizar al público con su rostro y a asociarlo con la idea de una mujer moderna, elegante y cercana. En retrospectiva, esos retratos son parte del camino que transformó a la actriz en un símbolo político.
Lewis Hamilton vendió su colección de autos, valuada en US$16M, para enfocarse en el arte
Las fotografías de Heinrich forman parte hoy de las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y el Museo Nacional del Cine, entre otros espacios. También pueden consultarse en repositorios digitales como el del Ministerio de Cultura de la Nación, donde se conserva el registro de sus retratos más emblemáticos.
La fotógrafa Sara Facio definió a Annemarie Heinrich como “la mayor retratista argentina del siglo XX”, capaz de idealizar a los ídolos del cine, el teatro y la radio al punto de volverlos perfectos. Su legado, según Facio, reside tanto en su técnica como en su compromiso con la dignidad y el desarrollo de la fotografía como disciplina artística.
Más de ocho décadas después, los retratos de Evita realizados por Annemarie Heinrich no solo conservan su valor documental, sino también su potencia estética. Entre luces y sombras, esas fotografías siguen transmitiendo la dualidad que marcó a Evita: sencillez y ambición, intimidad y proyección, una mujer que supo convertir su imagen en parte esencial de su legado histórico.