El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunció que se reunirá con el mandatario estadounidense, Donald Trump, al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), que comienza la próxima semana. El acercamiento ocurrió luego de que se intensificaran los bombardeos en Ucrania, sin perspectivas de una solución diplomática al mayor conflicto terrestre desde la Segunda Guerra Mundial.
Trump prometió que a su retorno a la Casa Blanca, en enero de este año, pondría fin rápidamente a la guerra en Europa, que empezó con la invasión rusa en febrero de 2022. Con miras a recibir el Premio Nobel de la Paz, una de sus mayores ambiciones, el mandatario estadounidense se reunió en agosto con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Alaska, dejando abierta la posibilidad de un encuentro tripartito para buscar un cese al fuego permanente. Sin embargo, las conversaciones están en un punto muerto, por lo que Kiev buscará renovar el apoyo de Washington en Nueva York, en función de las garantías de seguridad que exige para acercar posiciones con Moscú.
Por su parte, Rusia ha descartado una reunión entre su presidente, Vladimir Putin, y su homólogo ucraniano, mientras que Ucrania afirma que este encuentro es la única manera de alcanzar la paz.
En declaraciones divulgadas por la presidencia ucraniana, Zelenski sostuvo que su país “espera sanciones” si es que “no hay reunión entre los dirigentes o, por ejemplo, ningún alto al fuego”. “Estamos listos para una reunión con Putin. He hablado de esto. Tanto bilateral como trilateral. Él no está listo”, agregó el mandatario.
Ucrania también reclama garantías de seguridad respaldadas por Occidente para prevenir futuros ataques rusos, si se llega a un acuerdo de paz. Pero Putin advierte que cualquier plan que considere el despliegue de tropas de la OTAN en territorio ucraniano sería inaceptable.
Batallas intensas. Las declaraciones ocurrieron en el marco de la escalada bélica en el centro-este ucraniano. Zelenski denunció en las redes sociales que en el bombardeo de ayer “un misil con municiones de racimo impactó directamente en un edificio de apartamentos” en la ciudad de Dnipró.
Los ataques se produjeron un día después de que Estonia, miembro oriental de la alianza transatlántica, denunciara que tres aviones de combate rusos habían sobrevolado su espacio aéreo, una acusación que Moscú negó y que le giró a Washington para su evaluación. “Voy a tener que revisarlo”, dijo Trump al respecto, y añadió que la situación “no le gusta” y que podría “causar un gran problema”.
Esta incursión generó temores de una “nueva provocación” de Moscú, después de que Polonia se quejara la semana pasada de que unos veinte drones rusos sobrevolaron su territorio. En tanto, Zelenski aprovechó para instar a sus colegas europeos a encontrar “soluciones” para derribar drones sobre Ucrania “y otros países”.
Rusia, que ha estado avanzando en el territorio ucraniano durante meses, anunció ayer que sus tropas tomaron la aldea de Berezove en la región de Dnipropetrovsk. Más al norte, en la región nororiental de Járkov. Según Zelenski, hay en curso “acciones intensas” en el área clave de Kupiansk, sobre un centro ferroviario que Ucrania recuperó en su contraofensiva de 2022.
Durante los tres ciclos de negociaciones de paz directas entre Rusia y Ucrania, llevados a cabo en Estambul, las partes no lograron avances para el cese de las hostilidades. En cambio, apenas permitieron un acuerdo de intercambio de prisioneros a gran escala.
En la previa a la Asamblea General de la ONU, el máximo evento diplomático del mundo, las posiciones están alejadas. Rusia demanda que Ucrania ceda completamente la región oriental de Donbás, compuesta por Donetsk y Lugansk, que controla parcialmente. Además exige que renuncie a integrar la OTAN. Ucrania rechaza hacer concesiones territoriales y pretende garantías de seguridad, incluida la presencia de tropas extranjeras desplegadas como fuerza de paz, algo que Moscú considera una línea roja.