En el marco de la reapertura de sus instalaciones, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) inauguró la muestra temporaria Carlos Alonso, Pintura y Memoria, una retrospectiva que reúne más de 50 obras del artista argentino, con curaduría de los investigadores del museo María Florencia Galesio y Pablo De Monte.
Por un lado se plantea como primer argumento la pintura y la tradición. A partir de los años 60, Alonso cita a grandes referentes de la historia del arte en una búsqueda de nuevos caminos creativos.
La muestra ofrece un acercamiento a la obra del artista a partir de dos ejes temáticos.
El segundo tema está relacionado con la realidad y la memoria, en donde aparecen la reflexión y el compromiso social y político con la historia argentina y de América Latina desde 1965 hasta los años 80. El resultado de este período es una obra con un carácter expresionista que se vale del dibujo, el collage y el acrílico como medios.
La obra de Alonso muestra una realidad que le fue contemporánea y deja al desnudo la hipocresía de una sociedad que mira hacia otro lado ante el avance de la violencia institucional e intenta ocultar su costado más sombrío bajo la alfombra.
"No puede pensarse la historia del último medio siglo de la Argentina sin la obra de Carlos Alonso", considera Andrés Duprat, Director del MNBA.
La muestra, hábilmente pensada por Galesio y De Monte como un recorrido circular, tiene como centro la reconstrucción de la instalación Manos Anónimas, ideada para ser exhibida en 1976 en la muestra Imagen del hombre actual que fuera suspendida a raíz del golpe de Estado.
La obra muestra la violencia de un allanamiento ilegal por parte de las fuerzas militares y paraestatales y se vale de un tema recurrente en la producción anterior del artista, la carne de res como alegoría del cuerpo humano.
Al ver la escena, cuesta creer que haya sido pensada antes de que se produjera el quiebre institucional a partir del cual esa situación se convertiría en moneda corriente, lo que da a la obra un carácter profético y visionario.
El MNBA la exhibe por primera vez, recreada a partir del registro fotográfico, a cuarenta y tres años del proyecto original.
"Con motivo de esta muestra se pensó en hacer la reconstrucción" explicó Florencia Galesio durante la presentación a la prensa, en la que estuvo PERFIL.COM.
"La idea de colocar la instalación en el centro de la sala tiene que ver con la intención de articular los personajes que aparecen allí dentro con varias de las pinturas y dibujos que están alrededor, porque hay una serie de constantes que se dan a lo largo de la producción de Alonso vinculados con la carne, con los personajes desollados, con los personajes vendados".
En tanto, Pablo De Monte explicó que "Es un recorrido radial donde el centro es la instalación y las conexiones son múltiples. Lo importante son esas conexiones visuales que se dan en la obra de Alonso".
De este modo, el uso recurrente de la carne puede entenderse, según el contexto, como crítica a la oligarquía ganadera argentina -en tanto que el artista la considera un símbolo que determina la economía- o como llamado de atención sobre la represión del poder militar.
El cruce de temas, lenguajes y técnicas dan como resultado una obra que, sin perder la coherencia, se abre a múltiples interpretaciones y significados.
Entre tantos ejemplos posibles, vale la pena mencionar las producciones inspiradas en las fotografías del cuerpo yacente del Che Guevara en las que cita La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp (Rembrandt, 1632).
Las escenas, realizadas con códigos del arte pop y la publicidad sesentista, ofrecen una imagen del Che que podría compararse con la víctima agonizante en una mesa de torturas o con el Cristo muerto de Andra Mantegna. Las obras, que debían participar en 1969 de la muestra Panorama de la Pintura Argentina 2 en el Palais de Glace, no llegaron a exhibirse por orden de la Subsecretaría de Cultura de la Nación.
No menos inquietantes son las imágenes de niños que aparecen en varias obras del artista, en las que también se plantean las diferencias sociales o son mostrados como víctimas. Tal es el caso de la obra "Sin pan y sin trabajo" donde el hambre es la protagonista de la escena.
Carlos Alonso tiene 90 años y realizó más de cien exposiciones individuales, y otras tantas colectivas en todo el país y las principales capitales de América y Europa, además de varias ciudades asiáticas.
La muestra Carlos Alonso, Pintura y Memoria, se puede visitar en el Museo Nacional de Bellas Artes, Av. del Libertador 1473, Buenos Aires, y puede visitarse de martes a viernes, de 11 a 20, y los sábados y domingos, de 10 a 20.