El Bellas Artes reabrió sus puertas con nuevo guión y tres muestras temporarias

Tras dos meses de trabajos de reformas arquitectónicas, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) reabrió sus puertas al público con nuevas salas, espacios renovados y la presentación de tres muestras temporarias.

Las reformas -que respetan el diseño original del arquitecto Alejandro Bustillo- incluyen un nuevo recorrido cronológico a través del arte americano que se inicia con una sala dedicada al arte prehispánico,con curaduría de María Alba Bovisio, que incluye objetos de diversas culturas del Noroeste Argentino del período comprendido entre los siglos V a.C y XV de nuestra era, pertenecientes a las colecciones del MNBA y de la Cancillería argentina.

"Hemos hecho dos intervenciones arquitectónicas que permiten ordenar la circulación de la planta baja porque era un poco laberíntico. Ahora sí hay unos recorridos más claros en la planta baja" expresó Andrés Duprat, director del MNBA, durante la pre inauguración para la prensa en la que estuvo PERFIL.COM.

Duprat destacó la importancia del nuevo guión museístico en el que se da mayor protagonismo al arte producido en América, ya que según sus estimaciones casi el 40 por ciento de los visitantes son extranjeros y vienen a conocer el arte argentino.

El conjunto exhibido en la sala de arte prehispánico pone énfasis en la variedad y complejidad técnica e iconográfica de las diversas culturas que habitaron el NOA, para quienes la piedra poseía una fuerte carga simbólica y era el material recurrente en la realización de esculturas y objetos destinados a cumplir funciones en distintas prácticas rituales, religiosas o políticas.

Carlos Alonso, entre la alegoría y el crudo realismo

En tanto, vuelve a exhibirse la serie de veintidós Tablas de la Conquista de México, una narración realizada por Miguel Gonzales entre 1696 y 1715 sobre el período histórico desde el desembarco de Hernán Cortés en San Juan de Ulúa hasta la caída de Tenochtitlan y la rendición de Cuauhtémoc.

Dejando atrás el período colonial, el nuevo montaje ordena de forma eficaz las salas dedicadas al arte argentino del siglo XIX con un guión curatorial a cargo de la directora artística del MNBA, Mariana Marchesi, que extiende el período hasta 1910, año del Bicentenario.

Una de las grandes novedades es la exhibición es la pintura El soldado de la guardia de Rosas, de Raymond Monvoisin, que junto con el retrato de Manuelita Rosas a pocos metros genera la atmósfera ideal para entrar de lleno a este período de la historia argentina.

Quizás sea la sala más impactante aquella que reúne obras como Sin pan y sin trabajo (Ernesto de la Cárcova), La vuelta del malón (Ángel della Valle), El despertar de la criada (Eduardo Sívori) o La hora del almuerzo (Pio Collivadino), a la que se llega luego de ver las escenas de Cándido López.

MUESTRAS TEMPORARIAS

Junto con la reapertura del museo, la institución inició oficialmente la temporada artística con tres muestras temporarias: "Carlos Alonso, pintura y memoria", "Diana Dowek, paisajes insumisos" y "Ninfas, serpientes, constelaciones, la teoría artística de Aby Warburg".

“Esto se inscribe en una línea de trabajo que tenemos en el museo que es el reconocimiento a nuestros grandes maestros” subrayó Andrés Duprat con respecto a las dos primeras muestras.

“Este año también se harán muestras de Julio Le Parc y de César Paternosto, creo que ese es un rol insoslayable del MNBA, somos nosotros como institución máxima de las artes visuales quienes tenemos que dar ese marco a estos artistas que han aportado significativamente a la historia del arte y a la historia argentina”.

Diana Dowek

La muestra dedicada a Diana Dowek, curada por Mariana Marchesi, está enfocada en la obra producida alrededor de los años 70 y aborda los vínculos entre las artes plásticas y el testimonio, tomando como eje central la violencia social y política que azotó al país durante los años más oscuros de la historia reciente.

"La obra 'Lo que vendrá' y la serie de pinturas que la acompaña están inspiradas en aquellas insurrecciones urbanas que comienzan a surgir a finales de los años 60 como el Cordobazo (del que el próximo 29 de mayo se cumplirán 50 años), el Viborazo, el Rosariazo" explicó Marchesi.

"Tenemos una serie de imágenes que muestran la manera en la que Diana se inspira en todas aquellas crónicas televisivas y fotográficas que aparecieron en los diarios en ese momento para realizar muchas de sus obras".

"La segunda mitad de la muestra está dedicada a aquellas pintura que Diana realiza a partir del año 74 cuando la violencia comienza a aparecer en la escena social y política argentina de una manera mucho más cruda, en donde la plástica de muchos de los artistas argentinos de esos momentos comienza a tomar otros tipos de lenguaje que tienen que ver con las metáforas, lo que se dice de manera más velada", subraya la directora artística del MNBA.

Así, la artista muestra en la serie "Los retrovisores" obras en las que la violencia figura en pequeños espacios, escenas como las de cuerpos que aparecían a veces a los costados de las rutas y que se ven reflejados en los espejos retrovisores, y la serie de los alambrados, que culmina con la obra Argentina 78.

"Es un recorte de toda la producción, sigo en la lucha en mi campo de batalla que es la pintura", expresó la artista Diana Dowek durante la inauguración de la muestra.

"Me inspiré en las luchas sociales, en las luchas obreras y populares, y luego con el caer de la noche en el 76 también me inspiré en el golpe de estado. Creo que soy una sobreviviente de esos momentos porque todo fue expuesto en aquel momento", concluyó.

La teoría de Aby Warburg

La exhibición "Ninfas, serpientes, constelaciones, la teoría artística de Aby Warburg" propone ilustrar las ideas y categorías desarrolladas por el teórico alemán con piezas provenientes de distintas colecciones públicas argentinas.

"Pienso que el warburguismo está por transformarse en la Argentina en una especie de nuevo psicoanálisis", bromeó José Emilo Burucúa, filósofo, investigador, historiador del arte y curador de la muestra, durante la presentación.

Luego, más seriamente, explicó el sentido de la muestra. "Me parecía interesante presentar para el público lo que podían ser algunas herramientas sencillas para entender esta teoría y se nos ocurre que la teoría artística y cultural de Warburg, si bien nace al calor de su interés por el Renacimiento y el arte europeo del siglo XVI hasta el siglo XIX, se podría ampliar al arte del siglo XIX, al arte contemporáneo y particularmente al arte argentino y latinoamericano".

El especialista explicó que el recorrido "está organizado en cinco núcleos. Comienza con la ninfa -el gran descubirmiento de Warburg-, la ninfa como un signo de la vuelta a la vida de la antigüedad a fines del Quattrocento. Luego sigue por el héroe, también como una fórmula emocional fundamental que se ha transmitido de la antigüedad al mundo moderno (y eso es algo que la exposición también quiere probar: que esas formas patéticas y emocionales sobreviven y todavía dan lugar a grandísimas manifestaciones del impulso estético)".

"Luego sigue el cielo estrellado, la víbora, la serpiente y la magia y termina con algunas aperturas hacia un tema predilecto de Warburg (pero muy complicado) que es el de la distancia y la distancia como sinónimo del empeño de la memoria", concluyó Burucúa.

El Museo Nacional de Bellas Artes está en Av. del Libertador 1473, Buenos Aires, y puede visitarse de martes a viernes, de 11 a 20, y los sábados y domingos, de 10 a 20, con entrada libre y gratuita para residentes.