Fue el concierto más extraordinario de la música popular argentina. Más de cinco horas de la obra más personal e inclasificable que dio este país. Y además, fue un recorrido por cuarenta años de la historia de un tipo que siempre pregonó “Mañana es mejor”.
Luis Alberto Spinetta le regaló a sus fans lo que de alguna manera le había negado entre enojado y perplejo durante toda su vida. Fue el 4 de diciembre de 2009 en el estadio José Almalfitani, del club Vélez Sarsfield.
Allí, el Flaco reunió a casi todos sus amigos de sus 40 años de carrera profesional y a todas sus bandas en un show que no tuvo igual. Espectacular, emocionante, sublime. Y una confirmación absoluta: su obra integral no había envejecido nada. El medio centenar de canciones que eligió parecían nuevas esa ya lejana noche del 2009 y lo siguen pareciendo aún hoy, a diez años de la reunión que se llamó "Spinetta y las bandas eternas".
Luis Alberto Spinetta le regaló a sus fans lo que de alguna manera le había negado entre enojado y perplejo durante toda su vida. Fue el 4 de diciembre de 2009 en el estadio de Vélez Sarsfield.
Se dio lo que siempre se había negado: tocar todas aquellas canciones, reunir a Pescado Rabioso, a Invisible, a Spinetta Jade, a los Socios del Desierto y volver a reunir a Almendra y hacerlo todo junto en un esfuerzo físico maratónico, para el que se entrenó durante meses, además de los ensayos.
El resultado todavía resuena en el aire para los fanáticos de Spinetta. Esa noche pasaron por el escenario más de 30 músicos. Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati, Ricardo Mollo, Juanse, más aquellos que formaron parte de sus grupos como David Lebón, Pomo, Javier Malosetti y muchos más.
A 7 años de la muerte de Spinetta, 7 músicos eligen su canción favorita
“Los homenajes son para la gente que no está. Muchos amigos me dicen tenés que hacer un concierto con todos los temas de todas las épocas y festejar tus tantos años con la música y yo no lo veo ni cuadrado”, dijo Spinetta antes de pensarlo, planificarlo y ejecutarlo a la perfección.
“Es una entrega total para devolverle el amor que la gente les puso a estas bandas durante todo este tiempo, y que yo, este ‘pinche cabrón’ que ven acá, sea el maestro de ceremonias y reúna a todos estos músicos impresionantes para festejar mis 40 años con la música... espero cumplir 50, porque la música es tan eterna que es como la edad astronómica en relación con la edad de los hombres. Digo: todas las edades son buenas, pero hoy me siento firme para hacerlo y, por ahí, dentro de diez años ¿quién lo sabe?”, dijo en el anuncio del show.
Maldita sea, pasaron diez años, y todos sabemos que ya no es posible. Nos queda el recuerdo de aquella noche en videos y fotos, y el amor por un tipo como Spinetta, que no se pareció a nadie, y que como si fuera un Carlos Gardel del siglo XXI, nos dejó una obra eterna que también mañana será mejor.