ARTE
ENTREVISTA

Sebastián Fernández, el argentino que plasma su huella en el rock con los Stone Giant

El músico que reside en Estados Unidos y, junto con un chileno y dos brasileños forman la banda de hard rock que recorre los principales festivales internacionales, cuenta cómo evolucionó el grupo y como arma su propio camino en un país ajeno.

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Sebastián Fernández, líder de Stone Giant, la banda formada en Berklee College of Music de Boston. | Gentileza: Sebastián Fernández

Si a Sebastián Fernández a sus 20 años le hubieran dicho que formaría una de las bandas musicales más respetadas en la escena del hard rock y que esta surgiría nada menos que en la Berklee School of Music de Boston, probablemente pocos lo hubieran creído, salvo él. Y es que este músico nacido en la zona norte del conurbano bonaerense un día decidió seguir su sueño y jugársela. Tomó su guitarra y emprendió un camino nuevo. La casualidad de conocer y coincidir en aspectos musicales con otros tres extranjeros (el tecladista brasileño Joao Nogueira; el bajista también oriundo de Brasil, Apoena Frota y el baterista chileno Pepe Hidalgo) dio como resultado Stone Giant, una banda gestada en la universidad que marcó su propio estilo y encontró un lugar en la escena del hard rock.

En 2014, Berklee le otorgó un Doctorado a Jimmy Page, el guitarrista de Led Zeppelin, y para ello se realizó una ceremonia en la cual el artista estuvo sentado en la quinta fila. La iniciativa de llevarlo fue del propio Fernández quien contó que en un discurso que el artista dio al día siguiente, expresó que quedó impresionado con el nivel musical que hubo. "Nosotros tuvimos la responsabilidad de elegir a los músicos que iban a representar la sección de la música de Led Zeppelin en esa noche”, recuerda. 

Tanta dedicación, horas de ensayo y giras, hicieron que en 2015 Stone Giant lanzara su primer material, homónimo a la banda. Esto les permitió a su vez participar de diferentes festivales internacionales (en Argentina tocaron en el Lollapalooza, Personal Fest, BUE), y lejos de sentir un desgaste, se afianzan día a día.

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— ¿Están trabajando en un nuevo disco? 
— Sí, ya es hora de lanzar nuevo material. También estamos planeando una gira por Estados Unidos para presentar el disco y quizás, a final de 2018, volver para Sudamérica. Ahora estamos concentrados en sacar nueva música y evolucionar como compositores, dándole mucho enfoque a eso.

—¿En qué proceso están ahora? 
— Normalmente con Joao componemos todo, o yo traigo la idea completa o él la trae o traemos partes de ideas que después en la sala de ensayo nos metemos a liquidar y después nos metemos al estudio y ahí empezamos a probar sonidos y grabar. Después está la post producción que es para agregarle detalles o sacarle cosas. Ahora estamos en el proceso de escribirlo y grabarlo en unos meses.

— En Argentina participaron del Lollapalooza; el Personal Fest; el BUE, ¿Cuándo vuelven al país?
— Siempre se habla de volver, todos los años. En Argentina tenemos a nuestro mánager en Centroamérica, Nicolás Boskis, que está moviendo fichas por ahí. Por ahora la idea es sacar el segundo disco y movernos más en Estados Unidos; después ver si se puede colocar alguna gira y empezar a recorrer algunos países que quizás no fuimos, como Perú y Brasil. 

— El primer disco lo grabaron en tres lugares distintos y lo terminaron en los estudios Abbey Road. Para este próximo lanzamiento, ¿tienen previsto cómo va a ser el circuito entre la grabación y la masterización? 
— Todavía estamos analizando si nos metemos con algún productor o si lo vamos a producir nosotros. Igualmente si ocurre lo primero, siempre somos bastante productores también porque tenemos un poco el control de lo que hacemos. Estamos analizando si lo vamos a grabar en Nueva York, Miami o Los Ángeles. Queremos que sea un disco bien impactante, bien focalizado en la canción.

— ¿Cómo recibió el público el primer disco? 
— Creo que les gustó. Es una mezcla del classic rock de antes con algunos elementos nuevos y a la gente se le quedan los temas en la cabeza. Todavía igualmente hay muchos que no han escuchado el primer disco, por lo que hay que seguir moviéndolo. Pero ha tenido buen impacto, cuando lo escuchan ahora les sigue gustando o cuando nos vienen a ver en vivo les termina gustando más. 

— Dentro del 'mix' de nacionalidades de Stone Giant, ¿qué te nutre de cada uno de tus compañeros?
— Somos culturas distintas pero tenemos una misma visión musical. Somos muy estrictos el uno con el otro para evolucionar y mejorar y ser lo mejor que podamos. Estamos constantemente entre todos tirando para el mismo lado. De toda la gente que he conocido en Estados Unidos y en la industria de la música puedo sacar algo para inspirarme en vez de mirarlo como una competencia que eso es en realidad más fácil que le pase a un artista.

— En tu caso, como argentino en el exterior, con Stone Giant comenzaron a tocar en bares de Nueva York para luego emprender giras y participar de festivales ¿cómo fue ese contraste?
— La verdad que fue grande. De pasar de tocar en un bar cargando tus propio amplificador a viajar y que te reciban en el aeropuerto, en el hotel, y tener a la gente de producción que te tiene todo listo y hasta te afinan la guitarra, como músico te da cierta tranquilidad a la hora de subirte al escenario y pensar simplemente en eso. Sin embargo, creo que  hay que transitar ese camino porque si te llega todo de una no lo disfrutás. Me parece que hay que tener la experiencia de tocar para 10 personas cargando tu amplificador para después aprovechar y ser agradecido de lo otro cuando viene, que todo llega a su debido momento por más que uno se ponga ansioso.

— En paralelo con la banda, ¿trabajás con una productora?
— Sí, una productora de shows que en la que trabajamos con artistas latinos y los traemos a Estados Unidos y hacemos toda la producción musical y los shows. Ya hemos traído a Fito Páez, Julieta Venegas, Jarabe de Palo y siempre los linkeamos con Berklee, como esa vez que ayudé a traer a Jimmy Page a la universidad. Pero ahora me estoy tomando un break de esa vida de concert promotor porque también es otro palo distinto. Más allá de Stone Giant estoy por sacar dos discos, uno con otra banda que tengo y uno solista; además estoy produciendo temas latinos y de pop para venderle a artistas grandes.

— Así como llevás músicos latinos a Estados Unidos ¿existe la posibilidad de que Stone Giant tenga temas en español, aunque sea uno?
— No. (risas). Ahora me estoy expandiendo bastante en sacar cosas de muchos estilos sea bajo mi nombre o sea para artistas. Escribo temas en español para venderle a artistas pero no para cantarlos yo. Si eso pasa sería para otro proyecto, porque Stone Giant siempre se va a mantener ahí en el hard rock en inglés.

— ¿Qué opinás de las plataformas digitales como carta de presentación para las bandas?
— El mundo del social media me parece que es una nueva herramienta que si hoy en día no le tenés un dominio y estás tratando de promover tu música, tu arte o tu business, no la aprovechás. Es la herramienta que te hace más conocido. Estamos en una época digital que si no estás ahí no lográs mover algo. En todo lo que es festivales y productoras hay todo un departamento de gente que busca talentos y debe estar todo el día buscando ahí. Hoy en día ponés en Instagram"#rockmusic" y te van a aparecer todos los que pongan ese hashtag y bandas de rock. Si bien no hay que volverse loco, es una herramienta para ser usada. Si estás queriendo ser una figura pública o buscás promover algún mensaje o un negocio, es la plataforma para hacerlo. 

— ¿Qué es lo que más disfrutás cuando estás en un show?
— La verdad es que es todo una mezcla de estar juntos, viajar, conocer a la gente y despertarte temprano para ir a la radio, ver amigos. En los festivales, más allá de tocar, está buenísimo estar atrás conociendo a los artistas, gente que escuchás en la radio y que no te imaginás que ibas a estar tomando una birra y de la nada estás ahí, hablando como si fuesen amigos. Pero todo viene al momento de estar arriba del escenario, que es lo más lindo y siempre hay que tener la energía focalizada en ese momento. Más allá de perderte en toda la farándula que se puede armar alrededor de un proyecto o de algo, siempre hay que tratar de mantener que el escenario sea sagrado y eso es lo que importa, todo lo demás es experiencia. 

— Más allá de la experiencia con Jimmy Page ¿te pasó de estar en algún festival y encontrarte con alguna estrella que admirás mucho?
— Soy más fanático de lo de antes, me tendría que encontrar con Eric Clapton o los Guns N' Roses o alguno de esos para sentir realmente eso. Sin embargo, sí me ha pasado de estar en Chile tomando pisco con la cantante de Alabama Shakes y después despertarme en el mismo hotel que ellos y que estén ahí desayunando, era todo medio surrealista. Lo más loco que me pasó en el Lollapalooza, un mes antes de tocar di una entrevista y me preguntaron a quién quería conocer y dije que a los Eagles of Death Metal, que son los que tuvieron la experiencia en París del atentado en el teatro Bataclan. Nunca imaginé que fuera a pasar y fue la banda con la que más onda pegamos. Hay una entrevista que nos hace Matías Martin ahí en el backstage con el cantante de ellos, Jesse Hughes, y en un momento Matías le pregunta sobre lo ocurrido en el Bataclan y el tipo se largó a llorar ahí enfrente de nosotros. Es un momento que nunca me lo voy a olvidar, ahí lo abrazamos entre todos. 

— En Estados Unidos muchos artistas y músicos tienen opiniones políticas sobre el tema internacional, por ejemplo sobre Donald Trump, ¿cuál es la tuya?
— La verdad nunca me metí mucho en política, no soy una persona que aspira tampoco a dar opiniones en términos políticos ni en opiniones de presidentes porque tampoco sé tanto cómo hacerlo. Siempre he tratado de mantener una distancia de las opiniones políticas, obviamente tengo la mía sobre la vida y el mundo y la poca igualdad que hay y cosas como el racismo que nos afectan a todos. Soy un poco más espiritual y las cosas que afectan la libertad de otra vida me molestan, pero ponerme a hablar de presidentes y políticos no viene a ser mi lugar por ahora.

— Como inmigrante, ¿cómo ves la situación, más allá de la actual presidencia, te han recibido bien?
— Nunca he sentido una diferencia, quizás por el ambiente en el que me he metido, siempre han sido todos recontra buenos. Pocas veces me he encontrado con casos de clasismo o racismo hacia nosotros. Pensá que somos una banda de brasileros, chilenos, argentino sonando acá y a la gente igual le gusta. Argentina en este momento tiene buena relación con Estados Unidos también, entonces no nos afecta directamente pero ahora está más despierta toda esa diferencia. Es algo muy delicado para comentar.

— Residís hace muchos años en Estados Unidos y estás acostumbrado, pero ¿cómo fue ese momento en que decidiste ir a prepararte al exterior?
 Yo estaba en la Argentina con el sueño, como muchos argentinos, de jugar al fútbol. El día que agarré la guitarra más seriamente me quedé tocando con una banda, pero después nos separamos y todos mis amigos me decían ‘te tenés que ir a Berklee’. A los 20 años agarré la viola y me fui. Todo lo demás fue un efecto mariposa, yo sigo trabajando y aún quedan muchas cosas por hacer.

— ¿No te frustró entonces no haberte dedicado al fútbol?
No me quedé frustrado porque es una elección que tomé yo y no era que estaba dedicado full time al fútbol, sólo que en un momento sentí que la música era un viaje más profundo, largo y espiritual, entonces decidí virar mi energía ahí. Soy partidario de que si querés algo, y le das el trabajo, no veo por qué uno no pueda llegar a hacer lo que quiere. No es fácil ni rápido, pero si todos los días le metés algo va a pasar.

— ¿Qué es lo que más extrañás de Buenos Aires?
La verdad que me acostumbré a estar en Estados Unidos y me gusta, pero Argentina tiene siempre ese toque de ‘casa’. El primer fin de semana que vuelvo siempre me junto con amigos, hacemos asado, vamos a la cancha y todo eso sí se extraña. El argentino es mucho más familiero y amiguero, todos los días una juntada. Cada vez que vuelvo extraño más el gustito de quedarme, pero creo que lo haré de más grande, un poco más hecho. Todavía me falta mucho me parece.

— En una entrevista con un medio chileno dijiste que en la escena del rock actual ya no están los artistas que juntan miles de personas. ¿Cómo ves el hard rock?
Lo que yo decía ahí es que las bandas enormes que llenan estadios son los 'viejitos' de los ‘70 que están tocando pero en algún momento no va a existir más la gira de AC/DC, Roger Waters o los Guns N' Roses y ahí es donde se va a sentir más la ausencia del rock. Rock hay en todo el mundo y, de hecho, hay mucho público en todas partes, entonces me divierte un poco la idea de ser quien sigue ese legado cuando en los próximos cinco años muchas de esas bandas no van a tocar más. En ese momento se va a abrir una puerta para hacer algo más importante, va a ser un momento bastante fuerte de la industria.

— Van a resaltar otras bandas y solistas querés decir…
Exacto. Por más que no esté una banda de rock nominada al disco del año en los Grammy no tiene nada que ver. Me parece que eso es más por donde se enfoca la movida popular, pero el rock sigue siendo gigante. Si no hubiese público, los Guns N' Roses no hubiesen hecho tres giras mundiales seguidas en estos últimos años, y han sido entre las más grandes de la historia de los tours.

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