Brasil reportó por primera vez más de 4.000 muertes diarias por covid-19, al tiempo que la pandemia continúa arrasando en la vasta nación.
El 6 de abril, el Ministerio de Salud registró 4.195 muertes, lo que eleva el total desde que comenzó la pandemia a 336.947. Es el segundo recuento más alto a nivel mundial, solo por detrás de Estados Unidos. En las últimas 24 horas, los casos aumentaron en 86,979, lo que elevó el número de víctimas a 13,1 millones.
“Si Brasil mantiene el ritmo actual, para abril, el país probablemente alcance las 5.000 muertes diarias”, dijo Christovam Barcellos, investigador de la Fiocruz.
En lo que va del 2021, la nación más grande de Latinoamérica ha superado hitos sombríos alcanzando cifras récord casi diarias de casos y muertes. El resurgimiento del virus, alimentado por laxas medidas de distanciamiento social y una nueva variante más contagiosa, llevó al país a superar rápidamente las 200.000, y luego las 300.000 muertes en poco más de dos meses, dejando a los hospitales abrumados.
Brasil ya superó los 330.000 fallecimientos y los hospitales están saturados de casos
Además de la cepa que se originó en la ciudad amazónica de Manaos y que se ha extendido rápidamente desde el Año Nuevo, las autoridades de Sao Paulo también detectaron una nueva variante de covid-19 en la ciudad de Sorocaba, cerca de la capital del estado, dijo el miércoles el Gobierno local. Se dice que la nueva cepa es similar a la que se encuentra en Sudáfrica y todavía no hay evidencia de que la variante esté circulando en otras regiones del país.
Mientras tanto, las autoridades brasileñas están tratando de acelerar el ritmo de las vacunaciones. Hasta el lunes, el país había administrado 25,4 millones de dosis, según datos compilados por Bloomberg, suficientes para cubrir con una sola vacuna a 9,4% de la población. El jueves, por primera vez, el país vacunó a 1 millón de personas en 24 horas.
Anvisa, el regulador de salud del país, autorizó el miércoles el uso de emergencia de la vacuna de de Johnson & Johnson, la cuarta aprobada por la agencia. Brasil compró 38 millones de dosis del refuerzo, pero no se espera que estas lleguen hasta la segunda mitad del año.
En un momento en el que hay pocas vacunas disponibles, la única medida que podría limitar el contagio es el encierro, que tendría que ir acompañado de medidas para ayudar a los más vulnerables, dijo la experta en salud pública Ana Freitas Ribeiro.
El presidente Jair Bolsonaro, sin embargo, continúa oponiéndose a las medidas de distanciamiento social impuestas por los Gobiernos locales. El miércoles, el ministro de Salud y el jefe del Senado emergieron de la primera reunión del grupo de trabajo conjunto para supervisar la respuesta a la pandemia promocionando la importancia del uso de cubrebocas y evitando grandes reuniones durante las vacaciones de Pascua. Cuando le llegó el turno de hablar, Bolsonaro repitió frases familiares sobre cómo volver la vida a la normalidad y criticó los encierros.
De los 27 estados de Brasil, 18 tienen sus unidades de cuidados intensivos ocupadas en más de 90%, dijo Fiocruz en un informe. La combinación de mayor transmisión y hospitales abrumados ha contribuido al número continuo y creciente de muertes, según el informe.
