La contaminación del aire en algunas de las principales ciudades de Europa se ha reducido drásticamente desde que los gobiernos ordenaron a ciudadanos quedarse en casa para contener la propagación del nuevo coronavirus.
Lecturas del satélite Copernicus Sentinel-5P muestran una disminución significativa en las concentraciones de dióxido de nitrógeno sobre Roma, Madrid y París, las primeras ciudades de Europa en implementar estrictas medidas de cuarentena. Las imágenes muestran concentraciones promedio del 14 al 25 de marzo, en comparación con las concentraciones promedio mensuales del año pasado.
El satélite Copernicus ya había detectado una caída en la contaminación del aire hace dos semanas en el norte de Italia, la primera región de Europa en adoptar medidas de confinamiento para la población en general, que incluyen restricciones en el transporte y la actividad industrial. Agencias espaciales, como la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) y la NASA, de EE.UU., se han visto obligadas a detener algunas misiones debido al brote de coronavirus, pero hasta ahora no ha afectado su capacidad para recopilar datos climáticos de los satélites.
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La Agencia Espacial Europea está monitoreando de cerca ciudades de Países Bajos y el Reino Unido, dijo ESA en un comunicado. Las lecturas diarias de dióxido de nitrógeno son volátiles y varían en gran medida según las condiciones climáticas, por lo que científicos utilizan un promedio de 10 días para obtener resultados más confiables.
Los países del noroeste de Europa adoptaron medidas de confinamiento más tarde que los vecinos del sur, por lo que las mediciones de contaminación de esta semana ayudarán a evaluar los cambios en estos pocos días, dijo la agencia.
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Científicos del Real Instituto Meteorológico de Países Bajos, o KNMI, utilizarán datos del satélite Copernicus Sentinel-5P para obtener datos de contaminación más precisos. Los investigadores combinarán datos meteorológicos, datos sobre el terreno y lecturas satelitales para estimar la influencia de las medidas de cierre.
“Los modelos de química atmosférica, que representan los cambios diarios en el clima, en combinación con técnicas de modelado inverso son necesarios para cuantificar la emisión en función de las observaciones satelitales”, dijo Henk Eskes, investigador de KNMI, en un comunicado. “Estos estudios han comenzado, pero tardarán un tiempo completarlos”.