Alemania e Intel Corp. cerraron un acuerdo para que la compañía estadounidense reciba un paquete de subsidios ampliado por valor de unos €10.000 millones (US$10.900 millones) para una planta de semiconductores en el antiguo este comunista, según personas familiarizadas con el trato.
Intel confirmó el acuerdo el lunes sin proporcionar un monto específico para la ayuda financiera. Dijo que planea invertir alrededor de €30.000 millones en el “centro de fabricación de obleas de vanguardia” en Magdeburg, que según el Canciller Olaf Scholz representa “la inversión extranjera directa más grande en la historia de Alemania”.
Junto con las instalaciones de Intel en Irlanda y Polonia, el nuevo sitio, que constará de dos plantas y se llamará “Silicon Junction”, creará una infraestructura de fabricación de semiconductores de extremo a extremo, lo que apoyará el impulso de la Unión Europea para una cadena de suministro más resistente, dijo la compañía en un comunicado.
Se prevé que la primera instalación entre en producción en cuatro o cinco años luego de la aprobación de la Comisión Europea, agregó.
“El acuerdo de hoy es un paso importante para Alemania como lugar de producción de alta tecnología y para nuestra recuperación”, dijo Scholz, quien asistió a la ceremonia de firma del acuerdo en la cancillería en Berlín junto con el director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger.
El acuerdo fue firmado por el principal asesor económico de Scholz, Joerg Kukies, y Keyvan Esfarjani, vicepresidente ejecutivo, director de operaciones globales y director general de fabricación, cadena de suministro y operaciones de Intel.
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Intel compró el terreno para el proyecto a fines de 2022 e inicialmente acordó construir la instalación con €6.800 millones en ayuda del Gobierno, pero aplazó el inicio de la construcción debido a dificultades económicas.
Los beneficios del acuerdo
El paquete mejorado acordado ahora incluirá tanto ayudas tradicionales en forma de subsidios financieros como topes de precios para la energía, según las personas citadas.
Intel dijo que se prevé que el emplazamiento genere 7.000 puestos de trabajo durante la fase inicial de construcción, así como unos 3.000 empleos permanentes en alta tecnología y decenas de miles de puestos adicionales “en todo el ecosistema de la industria”.
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Bajo el mandato de Gelsinger, Intel se ha embarcado en un enorme programa de expansión destinado a recuperar su anterior dominio del sector y diversificar los centros de fabricación de componentes críticos, actualmente concentrados en Asia Oriental.
Magdeburgo era una pieza clave de esos planes tras superar a otros emplazamientos en Europa, pero el proyecto naufragó después de que los precios de la energía se dispararan junto con los costes de construcción y materiales.