Ad portas de las elecciones presidenciales del domingo en Brasil los 13 candidatos registran cifras más altas de rechazo que de apoyo, lo que deja ver la amargura profunda que sienten los votantes del país, que en los últimos años fueron testigos de la destitución de una presidenta, un colapso económico, casos gigantescos de corrupción y el encarcelamiento de un exmandatario.
"Son más rechazados que amados", comentó Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs. "Es increíble".