Argentina llegó a "un entendimiento" con un grupo de acreedores para reestructurar US$65.000 millones en deuda externa, mientras que aún se mantienen grandes diferencias con otro grupo clave, dijo el jueves el ministro de Economía Martín Guzmán.
“Estamos en conversaciones con dos grandes grupos. Con uno de ellos logramos llegar a un acuerdo sobre una serie de importantes asuntos”, dijo Guzmán a la periodista de Bloomberg Stephanie Flanders en el marco del Global Emerging & Frontier Markets Forum 2020. “Con el otro grupo, llamado Ad Hoc Group, ha habido mayores diferencias”.
El contraste en las posiciones de los bonistas muestra la complejidad de las negociaciones de deuda de Argentina, que se estancaron la semana pasada después de no alcanzar un acuerdo tras sucesivas extensiones del plazo.
Cuatro puntos que dificultan la negociación de deuda argentina
Los acreedores dicen que Argentina rechazó lo que consideran ofertas sostenibles. A su vez, Guzmán dijo que los bonistas de Ad Hoc, entre los que se cuenta BlackRock Inc., intentaron realizar cambios a las cláusulas de acción colectiva (CAC) en los contratos de nuevos bonos que el país vendería; modificaciones que no son justas según la opinión del Gobierno.
“Una de las propuestas que recibimos pedía a Argentina retroceder en el tiempo y deshacer el avance logrado en los últimos años”, dijo Guzmán, refiriéndose a las CAC mejoradas.
Las cláusulas de acción colectiva establecen un umbral para que los acreedores acepten un acuerdo de un deudor. Si cierto porcentaje de bonistas acepta la oferta, entonces todos deben aceptarla.
Guzmán aseguró que el país está conteniendo los efectos de la emisión
Los valores emitidos bajo los contratos de bonos de 2005 exigen la aprobación de al menos 85% de los bonistas para cualquier reestructuración nueva, en comparación con el umbral de dos tercios, o 75%, para los valores emitidos más recientemente, lo que los hace más atractivos para los bonistas.
Guzmán agregó el jueves que el déficit fiscal de Argentina está contenido a pesar de una brusca contracción en los ingresos fiscales y, por el contrario, un importante aumento en el gasto público. Sin acceso a crédito, el Gobierno ha recurrido al banco central de Argentina para financiar su estímulo fiscal, medida que generó preocupación por un posible aumento en la inflación a fines de este año. Hasta ahora, la inflación permanece baja con millones de argentinos aún en cuarentena.
“Nos estamos asegurando de que el déficit fiscal se mantenga bajo control, especialmente dadas las circunstancias que enfrentamos”, dijo Guzmán. “Logramos contener los efectos de las alzas en el financiamiento del banco central”.