Con la mira puesta en la reconstrucción, la etapa siguiente a la pandemia, el presidente Alberto Fernández reiteró la importancia de una acción conjunta frente a la crisis mundial desatada por el coronavirus en el marco de una conferencia organizada por el gobierno de España bajo el título "Juntos por una respuesta para América Latina y el Caribe ante la Covid-19". La declaración final recoge un llamado a los organismos de crédito internacional, presentes en la reunión, a aliviar la carga de la deuda que pesa sobre los países más vulnerables y estimular líneas de crédito para reactivar el motor económico.
“Si no actuamos juntos, la pandemia del desempleo, la desigualdad, la pobreza y el hambre se expandirá por la región con la voracidad de un virus contagioso", sostuvo Fernández y remarcó que "debemos apoyar el alivio inmediato de la deuda de los países más pobres del planeta”. En su informe sobre la situación del país, uno de los tres bloques en los que se dividió la cumbre, señaló que "estamos involucrados en una negociación de buena fe que permita restaurar las condiciones de crecimiento post pandemia, recobrar la capacidad de pago de la deuda, y garantizar un sendero de crecimiento sostenible que no reproduzca desigualdades".
Del otro lado, lo escuchaban no solo mandatarios, sino tres de las máximas autoridades del sistema financiero mundial: Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional; Carlos Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial y el actual titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno.
"Estamos involucrados en una negociación de buena fe que permita restaurar las condiciones de crecimiento post pandemia y recobrar la capacidad de pago de la deuda"
“Resulta imprescindible examinar la posibilidad de establecer un nuevo marco general de reestructuración de deuda pública, debido al impacto fiscal de las medidas domésticas frente a la crisis sanitaria, bajo criterios de justicia y sostenibilidad para deudores y acreedores”, señaló el jefe de Estado. También propuso la creación de un Comité Global para el Manejo de Crisis, cuyas funciones incluyan el intercambio de información sobre contagios, el desarrollo de vacunas y tratamientos, la implementación de testeos masivos, y la coordinación de salidas progresivas a las restricciones al transporte y el comercio internacional.
En el documento final, los adherentes destacan que "América Latina y el Caribe se enfrentan a la peor recesión económica de las últimas décadas como consecuencia de la pandemia de la COVID-19" por lo que "es previsible que sus efectos económicos y sociales sean profundos y provoquen un aumento considerable de las tasas de pobreza y desigualdad en toda la región". De allí que reclaman "un enfoque innovador y ambicioso que permita mitigar el impacto" y "recuperar la senda de un crecimiento sostenible e inclusivo que promueva el progreso económico y social sin dejar a nadie atrás."
Los problemas de los países emergentes superan a los de países ricos
La declaración solicita a las instituciones financieras internacionales que actúen en dos ámbitos: tanto en lo macroeconómico como en el apoyo sectorial. En lo que respecta al primero, piden evaluar "una serie de acciones dirigidas a dotar a los países del margen necesario para implementar medidas urgentes de respuesta y políticas contra-cíclicas, salvaguardando siempre la sostenibilidad de la deuda". También hablan de préstamos a largo plazo para reactivar las economías y estudiar posibles reestructuraciones, caso por caso, entre los más endeudados y golpeados por la pandemia. Otra opción serían líneas de swap de divisas y de rápido acceso para garantizar la liquidez.
"Es previsible que sus efectos económicos y sociales sean profundos y provoquen un aumento considerable de las tasas de pobreza y desigualdad en toda la región"
En paralelo, el documento pide avanzar en el apoyo al fortalecimientos de las capacidades de los sistemas de salud, "presentes y futuras", asi como en la protección social, con particular énfasis en el empleo. Sugieren las opciones de préstamos blandos y donaciones bilaterales que permitan financiar programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas y su inserción en las cadenas globales de valor.
"La gobernanza de la crisis, que está lejos de concluir, es el primer desafío que debemos acordar en conjunto", indicó Fernández. Subrayó, además, que "resulta imperioso promover un cambio en la visión sobre el rol del Estado y el sistema financiero, la lucha contra el cambio climático y las desigualdades, los desafíos de la educación de cara a la economía del futuro, y el lugar de la mujer".
El encuentro contó con la participación de los jefes de Estado de Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Iván Duque Márquez; Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada; Ecuador, Lenin Moreno; Perú, Martín Vizcarra; Paraguay, Mario Abdo Benítez; República Dominicana, Danilo Medina y Uruguay, Luis Lacalle Pou. También formó parte la primera ministra de Barbados y presidenta de la Comunidad del Caribe (Caricom), Mia Mottley, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena y la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan.
MB/MC