Argentina está recurriendo una vez más a una combinación de herramientas de política no convencionales para frenar la inflación, que se espera se acerque a 40% este año.
Solo en los primeros dos meses del 2021, los precios han acumulado un aumento de 7,8%, lo que pone en duda la meta del Gobierno de un 29% para fin de año. Ese objetivo está lejos de las expectativas de los economistas, quienes prevén que la inflación terminará el año en 48%, según una encuesta del Banco Central.
Medidas "alla Argentina"
Mientras que la mayoría de los países del G 2O se concentra en la política monetaria para mantener la inflación dentro de sus objetivos, el Gobierno de Argentina se apoya en un conjunto de herramientas menos típico. Con una serie de pasos que van desde el crawling peg hasta negociaciones con empresarios sobre los precios, los economistas dicen que el plan no irá lo suficientemente lejos como para alcanzar los objetivos oficiales.
Martín Guzmán asegura que la inflación bajará mes a mes
“Las medidas de Argentina van a tener un efecto a corto plazo, pero estas son aisladas. No son parte de un programa y no van al fondo del problema”, dijo Miguel Kiguel, jefe de la consultora EconViews y exjefe de asesores del Ministerio de Economía en la década de 1990. Para Kiguel, el Gobierno se sentirá suficientemente satisfecho si la inflación termina el año por debajo del 40%, como sucedió en 2020.
Qué hace el Gobierno argentino
Estas son las tres formas con las que el Gobierno busca mantener la inflación bajo control este año:
1. Disminuir la velocidad del crawling peg
Una de las principales herramientas de Argentina para mantener la inflación bajo control consiste en controlar la depreciación del peso oficial a través de estrictos controles de capital. En 2020, el país permitió que el peso se debilitara cada mes en la misma magnitud que la inflación, lo que impidió que el tipo de cambio real se apreciara.
Este año, sin embargo, está permitiendo que los ajustes de depreciación mensual del peso sean más pequeños que la inflación. La caída del peso oficial argentino fue de 3,3% en febrero, inferior a la depreciación de 4,2% de enero, y se encuentra en el nivel más bajo en los últimos cuatro meses. En lo que va de marzo, ha sido de 2,8% mensual. El ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo la semana pasada que el ritmo de la depreciación del peso continuaría desacelerándose en marzo.
Inflación: los rubros que más aumentaron en agosto
“Decidimos concentrar la tasa de depreciación en los primeros meses del año”, dijo Guzmán en un evento. Evitar un gran salto en el tipo de cambio evita que la diferencia se transfiera inmediatamente a los precios.
2. Controlando la expansión monetaria
Después de aumentar la emisión de dinero en 2020 para pagar su gasto público pandémico, el Banco Central está poniendo fin a la expansión monetaria. El crecimiento anual en la cantidad de dinero que imprimió se desaceleró a 39% en febrero desde un máximo de 77% en octubre. La institución monetaria absorbió 7% de la base monetaria solo en febrero a través de la colocación de pases y letras del banco central, conocidas como Leliq.
3. Acuerdos de precios
El Gobierno cree que una razón clave para la inflación son los aumentos de precios realizados por las empresas. Por lo tanto, está duplicando la cantidad de productos incluidos en un programa llamado “Precios Cuidados”, que congela los precios de los artículos considerados esenciales. Los responsables de las políticas también están limitando los aumentos en los costos de los servicios públicos, desde las telecomunicaciones hasta los servicios básicos.
YPF volvió a aumentar el precio de la nafta y el gasoil
Los funcionarios mantienen reuniones con empresarios y sindicatos para alinear las expectativas de las negociaciones salariales. Esto generalmente ocurre en el primer trimestre, ya que los trabajadores exigen que los empleadores les den grandes aumentos a cuenta de la inflación del año anterior. El año pasado, la inflación argentina terminó en 36%. Hasta ahora, las negociaciones salariales para grupos clave como banqueros y maestros han resultado en ajustes de 29% y 32%, respectivamente.
“Estas medidas generan desequilibrios en términos fiscales y en el tipo de cambio real”, dijo Kiguel.
El Gobierno también ha decidido permitir algunos aumentos en los precios regulados, como el combustible para automóviles y la electricidad, después de congelarlos al comienzo de la pandemia. Por ejemplo, la petrolera estatal YPF SA anunció un aumento escalonado del precio de 15% en los próximos tres meses. Es probable que estas medidas se transmitan a los precios.