El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió un importante golpe de realidad incluso antes de asumir el cargo cuando los titulares de ambas Cámaras del Congreso lanzaron un balde de agua fría sobre dos proyectos de ley clave que él apoya.
Un proyecto de ley que autoriza una licitación petrolera que podría entregar a la administración de Bolsonaro unos 120.000 millones de reales (US$31.700 millones) en efectivo y ayudarlo a reducir un enorme déficit presupuestario, fue congelado indefinidamente por el presidente del Senado, Eunicio Oliveira. Oficialmente, Oliveira dijo que el proyecto de ley requería más tiempo para ser discutido. Sin embargo, sus asesores dicen que quiere compartir parte de los ingresos entre los estados y los municipios para satisfacer a sus electores y los de sus aliados.
El otro revés se produjo cuando el titular de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, dijo que una propuesta respaldada por el nuevo ministro de Hacienda, Paulo Guedes, para otorgar autonomía formal al banco central no era una prioridad y no tenía suficiente respaldo para ser votada. Bolsonaro, excapitán del Ejército que fue elegido el 28 de octubre y asume el cargo el 1 de enero, se ha comprometido a gobernar sin otorgar a los legisladores los favores políticos y cargos gubernamentales a los que han estado acostumbrados a cambio de su apoyo. Si se aprueban, ambos proyectos de ley contribuirían a lograr que Brasil regrese a la senda de recuperar el grado de inversión de las firmas de calificación crediticia.