Si bien el Gobierno esperaba anunciar un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur durante la Cumbre de Líderes del G20, aún no ha habido avances definitorios en ese sentido, debido a diferencias comerciales. De todas formas, sí se ratificará el compromiso de ambos bloques para lograrlo lo antes posible.
Según informó NA, en base a fuentes de la Cancillería, durante la fase final de las negociaciones para alcanzar el acuerdo, quizás se pueda realizar algún anuncio político genérico, pero que la firma definitiva llevará más tiempo.
Por su parte, el secretario de Relaciones Internacionales, Horacio Reyser, había señalado que el acuerdo estaba cerrado en un 95%, mientras que el parlamentario portugués Francisco Assis había afirmado que las negociaciones se encuentran en su "momento decisivo".
Algunos de los puntos más álgidos son las definiciones en materia de comercio agrícola y las exigencias de Europa sobre lácteos, autopartes y servicios marítimos, entre otros puntos.
La Unión Europea había invitado al Mercosur a realizar una última ronda de negociaciones entre ambos bloques que apuntara a superar las pocas diferencias técnicas que restan para concretar el acuerdo.
Una de las claves para cerrar el convenio es el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, quien a través de su futuro ministro de Hacienda, Paulo Guedes, adelantó que intentará flexibilizar las normas del bloque que integra su país.
Durante los primeros días de noviembre, el secretario de Política Económica de Argentina, Miguel Braun, y el secretario de Agricultura, Miguel Etchevehere, se reunieron con una delegación de eurodiputados. Los legisladores habían llegado de Europa con un mensaje sobre la predisposición de cerrar de una vez por todas el acuerdo de libre comercio durante o después de la cumbre del G20 para dar una fuerte señal de multilateralismo.
Sin embargo, las negociaciones realizadas esta semana en Bruselas para terminar de superar las diferencias a nivel técnico fracasaron nuevamente.
Algunos de los puntos más álgidos son las definiciones en materia de comercio agrícola y las exigencias de Europa sobre lácteos, autopartes y servicios marítimos, entre otros puntos.