Pese a que Pekín aún no aplica aranceles a las importaciones de petróleo estadounidense, los compradores chinos no quieren arriesgarse.
La segunda economía más grande del mundo detuvo las compras de crudo estadounidense en agosto por primera vez desde septiembre de 2016, según datos de la Oficina del Censo de EE.UU. publicados el viernes. En julio, China recibió casi 12 millones de barriles de crudo de del país norteamericano.
El gigante asiático, que alguna vez fue comprador entusiasta de crudo estadounidense luego de que Washington eliminara trabas a las exportaciones en diciembre de 2015, discutió en algunas ocasiones a Canadá el puesto de principal importador. Sin embargo, el interés chino por el petróleo de EE.UU. ha disminuido en medio de la creciente disputa comercial entre ambas naciones.
En junio, Pekín amenazó con implementar un arancel de 25% a las importaciones de crudo en respuesta al gravamen aplicado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, a US$50.000 millones en importaciones chinas. La mayor refinería de la nación asiática, Sinopec, suspendió en ese entonces las compras de crudo estadounidense, aunque finalmente se reanudaron algunas importaciones luego de que el petróleo fuera eliminado de la lista de productos gravados.
El futuro de los envíos de crudo estadounidense a China sigue siendo incierto y todavía no hay garantía de que las amenazas de aplicar un impuesto al petróleo de EE.UU. no vuelvan a surgir mientras persista el conflicto comercial. Los productores de petróleo estadounidenses, particularmente aquellos que operan en la Cuenca Pérmica del oeste de Texas y en Nuevo México, corren el riesgo de ser perjudicadas pues recurren cada vez más a las costas extranjeras para comercializar su oferta, en momentos en que la demanda local se satura.