Las mineras y las empresas de energía tienen más de US$1 billón en deuda cuya nota crediticia podría cambiar en tanto normas para limpiar el aire y una transición hacia la energía renovable generan presión sobre los créditos, según Moody’s Investors Service.
Unos US$517 millones de esa deuda, la mayoría de empresas de energía y concesionarias de energía eléctrica sin regular, enfrentan un riesgo elevado e inmediato debido a cuestiones ambientales, escribieron analistas de Moody’s, entre ellos Rahul Ghosh, en una nota el 25 de septiembre. Ya se modificó la calificación de varias de esas emisoras o “es probable que se modifique en los próximos tres años, de no haber iniciativas importantes de contrapeso”, reza el informe.
Las concesionarias sin regular y las empresas de energía “están expuestas directamente a la presión de las políticas para que reduzcan emisiones, lo que sigue perturbando los modelos de negocios y presionando los márgenes en economías maduras”, escribieron los analistas.
Más de US$900 millones en deudas adicionales de mineras y empresas de energía, entre ellas productoras de petróleo y gas, también podrían correr riesgo de sufrir rebajas dentro de más de tres años, de acuerdo con Moody’s.
Inversores y ecologistas están redoblando la presión sobre los productores de combustibles fósiles más grandes del mundo. Un grupo llamado 350.org encabeza un movimiento mundial para instar a los inversores a deshacerse de acciones y bonos de empresas de combustibles fósiles y obtuvo compromisos de instituciones por un valor superior a US$6,2 billones, según su página web.
La semana pasada, tres de las petroleras más grandes de Estados Unidos prometieron US$300 millones para investigar cómo disminuir la polución que causa el cambio climático y se sumaron a una iniciativa encabezada por sus rivales europeas. El martes, Standard Chartered Plc anunció que dejaría de financiar nuevas centrales eléctricas a carbón, luego de que bancos como HSBC Holdings Plc y Société Générale SA realizaron compromisos similares.