Las expectativas de inflación a corto plazo de los Estados Unidos cayeron a principios de junio a un mínimo de más de dos años, lo que ayudó a impulsar la confianza del consumidor. Especialistas determinaron que los estadounidenses prevén que los precios suban a una tasa anual del 3,3% durante el próximo año, por debajo del 4,2% proyectado en mayo, según la lectura preliminar de junio de la Universidad de Michigan.
El índice de confianza se elevó a un máximo de cuatro meses de 63,9%, también ayudado por el acuerdo para resolver la crisis del techo de la deuda, mostró el informe el viernes. La mediana de las estimaciones en una encuesta de Bloomberg a economistas apuntaba a una lectura de 60%.
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A pesar del aumento en la confianza, los estadounidenses se preocuparon más por sus ingresos, mostró el informe. El mercado laboral, que durante mucho tiempo ha respaldado un fuerte gasto de los consumidores, se equilibró más en los últimos meses, lo que significa que los trabajadores ya no ven las sólidas ganancias salariales de los últimos años.
“La confianza ahora está un 28% por encima del mínimo histórico de hace un año y puede estar reanudando su trayectoria ascendente desde entonces”, dijo Joanne Hsu, directora de la encuesta, en un comunicado. “Sin embargo, tal como está, el sentimiento sigue siendo bajo según los estándares históricos, ya que las expectativas de ingresos se suavizaron”.
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Preocupación por el mercado laboral
El informe indicó más preocupación entre los consumidores sobre el mercado laboral. La caída en las expectativas de inflación a corto plazo fueron visibles en todos los grupos de edad, ingresos y educación, según la universidad. Prevén que los costos aumentarán un 3% durante los próximos cinco a 10 años, en comparación con el 3,1% del mes pasado.
La medida de las condiciones actuales aumentó a 68 de 64,9%, en tanto que la medida de condiciones esperadas avanzó a un máximo de cuatro meses de 61,3 por ciento.
Un indicador de las condiciones de compra para productos duraderos subió este mes al nivel más alto desde agosto de 2021. La percepción de los consumidores sobre su situación financiera actual fue la más débil este año.