Se dice que el éxito tiene muchos autores, y muchos en Washington quieren atribuirse el mérito de los alentadores datos de la vacuna experimental de Pfizer Inc. contra el COVID-19.
El vicepresidente Mike Pence fue uno de los funcionarios de la administración Trump que dijo que el apoyo del programa Operación Warp Speed del Gobierno ayudó a acelerar el desarrollo de la vacuna, cuyo análisis reveló que tiene una eficacia superior al 90% en la prevención del virus.
La verdad es que Pfizer no recibió ningún financiamiento de la Operación Warp Speed para el desarrollo, ensayo clínico y producción de la vacuna. Sin embargo, su socio, BioNTech SE, recibió dinero del Gobierno alemán. Berlín entregó en septiembre a la compañía alemana US$445 millones en virtud de un acuerdo para ayudar a acelerar la vacuna.
Lo que hizo Estados Unidos, mientras tanto, fue comprometerse a comprar cientos de millones de vacunas por adelantado para garantizar que los estadounidenses estuvieran entre los primeros en recibir la inoculación si obtiene una autorización o aprobación de uso de emergencia de la FDA. El Gobierno de Trump acordó en julio pagar casi US$2.000 millones por 100 millones de dosis, con la opción de adquirir hasta 500 millones más, una vez que llegue la autorización.
Coronavirus: Pfizer anunció que su vacuna contra el covid-19 es "eficaz en un 90%"
Como parte de ese acuerdo, EE.UU. decide quién recibe primero la vacuna y trabajará con la compañía en un apoyo logístico. Si bien la mayoría de las vacunas experimentales más avanzadas a las que ha recurrido la Operación Warp Speed distribuirán sus dosis a través de una asociación gubernamental con McKesson Corp., Pfizer está manejando su propia entrega de productos. La compañía ha diseñado envases reutilizables que pueden mantener las dosis a temperaturas extremadamente frías, y está organizando camiones y vuelos para su traslado.
A la Operación Warp Speed se le atribuye la aceleración de varios otros programas de vacunas, incluido uno de Moderna Inc. que utiliza tecnología similar a la de Pfizer y podría arrojar datos de sus pruebas a fines de este mes. La operación de vacunación rápida de la Administración Trump, dirigida por el Departamento de Salud y Servicios Humanos, el Departamento de Defensa y otras agencias, bien podría ser responsable de que muchos estadounidenses se puedan vacunar en 2021, incluso si el tratamiento no ha sido fabricado por Pfizer.
Algunos republicanos, entre ellos Donald Trump Jr. y el senador por Texas Ted Cruz, cuestionaron el momento de la publicación de los positivos datos de Pfizer el lunes, casi una semana después de las elecciones presidenciales, con la implicación de que la información podría haber cambiado el resultado e inclinado la balanza hacia el presidente Donald Trump, quien perdió frente al ex vicepresidente Joe Biden.
Pfizer dijo el 27 de octubre, una semana antes del día de las elecciones, que no había alcanzado el nivel de casos positivos para informar datos. Después de eso, revisó sus protocolos de prueba para aumentar ese nivel, tras consultar con la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos sobre lo que sería aceptable para obtener la aprobación. La FDA ha estado bajo la presión de científicos para que establezca estándares estrictos para una vacuna de manera que los estadounidenses sientan que se ha examinado rigurosamente y que es segura de usar.
Cómo funciona la vacuna de Pfizer contra el covid-19
Si Pfizer no hubiera elevado su nivel en respuesta a las recomendaciones de la FDA, es posible que hubiera alcanzado el límite inferior de 32 casos positivos antes de las elecciones del 3 de noviembre. Pero no está claro cuándo el ensayo alcanzó ese número. La compañía no descubrió que había superado el nuevo nivel revisado de 62 casos positivos hasta el domingo.
Desde el principio, los altos ejecutivos de Pfizer han intentado acabar con las nociones de que la vacuna ha estado influenciada por actores políticos.
El director ejecutivo, Albert Bourla, ha dicho en repetidas ocasiones que el gigante de los medicamentos ha evitado recibir dólares de contribuyentes para fines de investigación y desarrollo. “Quería liberar a nuestros científicos de cualquier burocracia”, dijo Bourla en una entrevista en “Face the Nation”, de CBS, el 16 de septiembre. “Cuando se recibe dinero de alguien, este siempre viene con condiciones. Quieren ver cómo estamos avanzando, qué tipo de medidas se van a tomar. Quieren informes. Y yo no quería nada de eso”.
“Básicamente les di una chequera abierta para que puedan preocuparse solo por los desafíos científicos, no por otra cosa. Y, además, quería mantener a Pfizer fuera de la política, por cierto”, agregó.
EuDr CP