Jair Bolsonaro, candidato de extrema derecha a la presidencia de Brasil, se dio a conocer por sus declaraciones incendiarias. Ahora, quien sería su vicepresidente en caso de ganar las elecciones parece decidido a superarlo, justo cuando el exparacaidista busca moderar su mensaje.
Con Bolsonaro ausente de la campaña tras ser apuñalado el 6 de septiembre, su compañero, el general Hamilton Mourão, se ha convertido en el centro de atención.
En un escenario de profunda polarización, Bolsonaro lidera las encuestas y se enfrentaría en segunda vuelta electoral a un izquierdista. Tradicionalmente, los candidatos buscan encantar a los votantes centristas para ganar la segunda vuelta, pero Mourão parece reacio a suavizar su tono. Luego del apuñalamiento, el general culpó a la izquierda. "Si quieren utilizar la violencia, los profesionales de la violencia somos nosotros", declaró en ese entonces. Pese a que Bolsonaro le pidió calmarse, horas después apareció en televisión defendiendo la dictadura: "Se cometieron excesos, los héroes matan", disparó.
"Estoy segura de que Bolsonaro tiene las mismas opiniones que Mourão; si no las tuviera, no le habría pedido que sea su vicepresidente", afirmó Mónica de Bolle, directora del programa de estudios latinoamericanos de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Johns Hopkins. "Estos exoficiales militares no tienen un compromiso real por mantener las instituciones democráticas".
Campaña Descentralizada
El hijo de Bolsonaro, Eduardo, defendió a Mourão en una entrevista telefónica con Bloomberg. "Cada persona actúa en su propia área", comentó, y agregó que la naturaleza descentralizada de la campaña refleja lo que pretenden para la posible administración de su padre. "Mourão tiene la autonomía para hacer lo que él entiende que es lo mejor. Estoy seguro de que hará lo mejor".
Bolsonaro suele convivir con la controversia. En una entrevista de 1999, aseguró que no se puede cambiar nada en Brasil con un voto democrático, sino solo a través de la guerra civil y las ejecuciones. A medida que ha subido la temperatura de la carrera presidencial, el candidato ha suavizado un poco su discurso. Su plan gubernamental de 81 páginas contiene varias garantías de que se logrará un cambio respetando las leyes y la Constitución y de que nadie será perseguido.
Mourão, por el contrario, aseveró en una entrevista televisada el 7 de septiembre que el gobierno teóricamente podría promulgar un autogolpe, con las fuerzas armadas obligadas a actuar en una situación de anarquía, respaldando comentarios previos que se percibían como apoyo a una intervención militar.
Cuando se eligió al general para ser vicepresidente, Eduardo Bolsonaro explicó la decisión. "¿Quién buscará destituir a Bolsonaro si su vice es Mourão?", argumentó por correo electrónico en ese momento.
En una entrevista con Bloomberg, Mourão dijo que en campaña tendrá que tomar un camino diferente al de Bolsonaro, cuyos actos atraen multitudes de fanáticos que él no puede convocar. En cambio, se centra en hablar con asociaciones comerciales y grupos empresariales y hará otras apariciones cuando sea posible, aclaró el 11 de septiembre.
’Fábricas de inadaptados’
Durante un evento organizado el lunes por una asociación de constructoras de Sao Paulo, el general señaló que las casas con niños criados por madres solteras y abuelas son "fábricas de inadaptados" que producen narcotraficantes. El comentario provocó una condena generalizada, particularmente de las mujeres, un grupo clave que la campaña de Bolsonaro busca atraer.
El 13 de septiembre, Mourão declaró al diario Estado de S. Paulo que expertos legales deberían redactar una nueva Constitución, más restrictiva, que se ratifique a través de un plebiscito y no una asamblea constituyente, y calificó de error el hecho de que parlamentarios electos hayan redactado la carta magna de 1988. Precisó que esa era su opinión, no la de Bolsonaro, pero ha generado dudas sobre el compromiso del candidato presidencial con la Constitución brasileña.
"Si quieres elegir a Bolsonaro, disfrútalo, porque será tu último voto", escribió Celso Rocha de Barros, sociólogo con estudios en Oxford, al comienzo de una columna publicada por el periódico Folha de S. Paulo el 17 de septiembre.
El 18 de septiembre se programó una reunión de campaña en Sao Paulo a la que asistirían Mourão, los tres hermanos Bolsonaro --todos políticos--, asesores y el presidente del partido político del candidato a la presidencia para discutir posibles cambios y decidir si se coordina conjuntamente un evento. Sin embargo, hasta que Jair Bolsonaro abandone el hospital, quieren mantener la dinámica espontánea de la campaña, afirmó Eduardo Bolsonaro.
"Cuando mi padre regrese, será nuestro general", recalcó. "Él será la persona que manda".
