Los precios al consumidor argentinos anotaron en septiembre su mayor nivel desde al menos el comienzo de 2017 en medio de una crisis monetaria y recortes subsidiarios.
Los precios subieron 6,5% frente a agosto, mientras que la inflación anual alcanzó un 40,5%, informó el miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Ambos resultados son los más altos registrados desde que la institución modificó sus publicaciones de datos económicos a principios de 2017. El informe mensual coincidió con el promedio de las proyecciones que entregaron economistas encuestados por Bloomberg.
El presidente argentino, Mauricio Macri, ha tenido problemas para contener la inflación motivada por la depreciación del peso y una ofensiva tendiente a la austeridad. La moneda se ha desplomado casi 50% este año, el peor desempeño en el grupo de mercados emergentes, por la inquietud en torno a la situación fiscal del país y el panorama adverso de la economía mundial. Además, el gobierno de Macri está eliminando subsidios a ítems como gas y transporte público, lo que provoca que los precios en moneda local se disparen.
Economistas anticipan que la inflación bordeará el 42% este año, cifra mucho peor el 18,6% proyectado a principios de año, según encuestas a analistas hechas por el banco central. Se prevé además que la economía argentina esté en recesión este año y el próximo.
La crisis monetaria ha obligado al gobierno de Macri a abandonar sus metas de inflación y admitir que emplearlas en primer lugar fue un error. Su administración ha implementado una serie de medidas para frenar la caída del peso como vender reservas, subir la tasa de interés en repetidas ocasiones y obtener un crédito de US$57.000 millones del Fondo Monetario Internacional.
Hay indicios de que la presión sobre los precios se puede aliviar un poco en el futuro. El peso se ha fortalecido un 12% en octubre a 36,18 por dólar estadounidense y el banco central le permite flotar libremente entre 34 y 44 por dólar. La autoridad monetaria también está realizando ventas diarias de letras a 7 días para eliminar el exceso de efectivo en el mercado y reducir la inflación.
El gobierno anterior de Argentina fue criticado por organizaciones internacionales por manipular sus datos económicos, lo que complicó los esfuerzos para medir la inflación antes del cierre de 2016. Macri ha buscado restaurar la credibilidad del Indec.