Los precios pagados por los consumidores estadounidenses subieron en mayo más de lo previsto, extendiendo meses de aumentos de la inflación, que corre el riesgo de consolidarse a medida que la economía se fortalece.
El índice de precios al consumidor subió 0,6% frente al mes anterior, tras un aumento de 0,8% en abril, el mayor desde 2009. Si se excluyen los componentes volátiles de alimentos y energía, el llamado IPC básico registró un incremento de 0,7%, mayor al previsto, según datos del Departamento del Trabajo publicados el jueves.
Estados Unidos registra la inflación más alta desde 2009
Vehículos, tarifas y prendas de vestir entre los precios que más aumentaron
Los aumentos fueron bastante amplios y estuvieron impulsados por el constante crecimiento de los precios de los vehículos usados, el mobiliario doméstico, las tarifas aéreas y las prendas de vestir. La mediana de las previsiones de una encuesta de Bloomberg entre economistas preveía un aumento de 0,5% tanto en el IPC general como en el básico.
En comparación con el mismo mes de hace un año, el IPC subió 5%, la mayor alza anualizada desde agosto de 2008, aunque la cifra sigue distorsionada por el efecto base. La comparación con el índice deprimido por la pandemia en mayo de 2020 hace que la inflación anualizada parezca más fuerte.
Los escenarios de crecimiento de la inflación en Estados Unidos
La inflación básica aumentó 3,8% frente al mismo mes del año anterior, el mayor repunte desde 1992.
Las presiones sobre los precios continúan aumentando en toda la economía a medida que las empresas se esfuerzan por equilibrar el crecimiento de la demanda con la escasez de materiales y, en algunos casos, de mano de obra. Los cuellos de botella en los envíos, el aumento de los costos de los insumos y el incremento de los salarios son retos para las empresas que buscan proteger sus márgenes de ganancia.
Aumenta la demanda de servicios, otro propulsor de la inflación
El fuerte gasto de los consumidores en mercancías, en parte impulsado por el estímulo del Gobierno, ha provocado un aumento de los pedidos pendientes y una reducción de los inventarios. El levantamiento de las restricciones por la pandemia, el aumento de las vacunas y una oleada de actividad social se está traduciendo en una mayor demanda de servicios, otro propulsor de la inflación.
La pregunta con la que se enfrentan economistas e inversionistas es si estos factores tendrán un impacto temporal en la inflación, como espera la Reserva Federal, o si se arraigarán en un contexto de apoyo masivo a la política fiscal y monetaria.
Un aumento del 7,3% en los precios de los automóviles y camiones usados constituyó un tercio del incremento del IPC general, mientras que los vehículos nuevos registraron la mayor alza desde 2009.
Los precios de mobiliario para el hogar subieron 1,3% en mayo con respecto al mes anterior, el mayor incremento desde 1976.
