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La economía de Donald Trump falla donde tiene que triunfar

Cada vez es más difícil para el mandatario evitar la responsabilidad de los puntos débiles regionales en su economía. Los efectos de su posible reelección podrían ser devastadores. Galería de fotos

Trump Says U.S., Japan Reach Initial Agreement on Tariffs
Trump Says U.S., Japan Reach Initial Agreement on Tariffs | Bloomberg

Cuando se publicaron los datos sorprendentemente deficientes del sector manufacturero en Estados Unidos el martes por la mañana, el presidente Donald Trump estaba listo con su respuesta habitual a cualquier mala noticia económica: culpó al presidente de la Reserva Federal, Jay Powell. Sin embargo, cada vez es más difícil para el mandatario evitar la responsabilidad de los puntos débiles regionales en la economía y los efectos sobre sus posibilidades de reelección podrían ser devastadores.

Trump tuiteó: "Tal como predije, Jay Powell y la Reserva Federal han permitido que el dólar se vuelva tan fuerte, especialmente en relación con TODAS las demás monedas, que nuestros fabricantes se ven afectados negativamente. La tasa de la Fed es demasiado alta. Son sus propios peores enemigos, no tienen ni idea. ¡Patético!".

La economía actual sigue peligrosamente desde cerca a la que descarriló la candidatura de Hillary Clinton en 2016. Independientemente de si EE.UU. se encamina hacia una recesión a gran escala, según estos últimos datos es casi seguro que ha entrado en una recesión sectorial o una minirrecesión similar a la de 2015. Las últimas lecturas de la encuesta de fabricantes del Institute for Supply Management efectivamente están por debajo de las de principios de 2016 y la trayectoria es mucho más pronunciada.

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De enero de 2015 a enero de 2016, el índice cayó de 54,1 a 48. (Las cifras superiores a 50 indican expansión, mientras que los inferiores a 50 indican contracción). En los últimos seis meses, el índice ha colapsado de 55,3 a 47,8. Para empeorar las cosas, el índice de nuevos pedidos de exportación, que han servido como una guía aproximada de lecturas futuras, ha caído a 41.

De hecho, el panorama no se ve para nada alentador. Si bien la mayor parte de la economía de EE.UU. está aislada del comercio, la fabricación está vinculada al resto del mundo a través de varios canales. Lo primero y más obvio apunta a las exportaciones directas de maquinaria pesada estadounidense. Reciben un doble impacto de los aranceles, que elevan el costo de sus materiales y, además, reducen la demanda externa de economías impulsadas por el comercio como China, Alemania y Japón.

Estados Unidos
Los datos deficientes del sector manufacturero en Estados Unidos por la "guerra comercial" . 

Las economías nacionales más débiles también son un lastre para los precios del petróleo. Los ataques en Arabia Saudita les han dado un pequeño impulso recientemente, pero la débil demanda global les ha pesado desde el verano. Los bajos precios del petróleo conducen a una inversión más lenta en fracking en EE.UU., lo que a su vez conduce a una menor demanda de equipos fabricados.

Por último, las represalias de China han afectado duramente a la agricultura estadounidense. Esto implica que los agricultores tengan menos demanda de nuevos equipos. Así como la crisis en 2015 fue impulsada por la caída de la demanda de productos petroleros y agrícolas a medida que la economía china se desaceleraba, la guerra comercial impulsa esta caída actual.

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Esta desaceleración podría no parecer un problema. De hecho, la mayoría de los estadounidenses apenas notaron la caída de 2015. Sin embargo, con un electorado muy dividido, la desaceleración probablemente sería suficiente para inclinar la balanza contra los demócratas. Aun más importante esta vez, el estancamiento en la manufactura y la agricultura está golpeando particularmente fuerte en varios de los estados más importantes en disputa.

El crecimiento del empleo manufacturero en Wisconsin y Michigan ya ha caído por debajo de la tasa de 2015. Pensilvania está peligrosamente cerca. En el mejor de los casos, esto hace que sea difícil para Trump afirmar que sus políticas han llevado a un resurgimiento. En el peor de los casos, sugiere que sus políticas han fracasado.

Es posible que Trump pueda cambiar la situación, pero en este punto es difícil ver cómo. Incluso si anunciara el fin oficial de la guerra comercial mañana, pasarían meses antes de que los agricultores y las empresas pudieran estar seguros de que hablaba en serio. Después, podría haber más demoras antes de que los pedidos de equipos se recuperen y, aún más, antes de un aumento en el empleo en el sector manufacturero.

Entonces, tal vez no sea sorprendente que el presidente se mantenga firme en sus convicciones y culpe a la Fed. Y aunque esa estrategia podría funcionar con sus partidarios acérrimos, los votantes indecisos tienden a estar entre los menos informados sobre los discursos de campaña y, en cambio, votan en función de las condiciones económicas que ellos mismos experimentan. A medida que esas condiciones se deterioran, también empeoran las posibilidades de reelección del presidente.