El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consiguió 571 camiones cisterna estadounidenses a un costo de US$85 millones para aliviar la escasez de combustible en todo el país, pero es posible que no pueda usarlos.
La agencia responsable de autorizar esos camiones, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), está a punto de perder a un cuarto comisionado, lo que deja al panel con un voto menos para poder aprobar los permisos, según una fuente cercana al asunto.
La comisionada Montserrat Ramiro se retiraría de la agencia el 15 de febrero, señaló la fuente. Su renuncia se deriva de la de otros dos comisionados que renunciaron después de la llegada del nuevo gobierno, y la salida de un tercer comisionado que terminó su mandato en diciembre.
Autorizar los camiones tomará tiempo y es poco probable que la CRE lo haga antes de la partida de Ramiro, dijo la fuente.
Una portavoz de la CRE señaló que no tiene información oficial sobre la renuncia. Ramiro, a través de la portavoz, declinó hacer comentarios. “Actualmente, el cuerpo directivo de la CRE está formado por cuatro comisionados, incluido su presidente. Como tal, puede llevar a cabo sesiones sin ningún problema", informó la CRE en otra declaración.
La llegada de un nuevo gobierno el 1 de diciembre ha hecho la vida más difícil a los reguladores de energía de México, que han visto sus presupuestos recortados y a personal superior despedido mientras López Obrador desestima las reformas al petróleo que ellos mismos ayudaron a elaborar.
La escasez de combustible es un subproducto de los esfuerzos de López Obrador para frenar el robo de combustible sin control que plaga a la estatal Petróleos Mexicanos. El cierre de los oleoductos intervenidos por los ladrones ha obstaculizado la distribución, y el gobierno ahora está tratando de desplegar más camiones cisterna para mantener los suministros en movimiento. La semana pasada, un oleoducto manipulado ilegalmente estalló en el estado de Hidalgo y mató a más de 90 personas.
