Las fuerzas de seguridad de Venezuela están realizando arrestos después de que un ataque de drones cargados con explosivos durante un desfile militar hiriese a algunos oficiales. El presidente Nicolás Maduro salió ileso.
Los dos aviones no tripulados portaban un kilogramo de explosivo plástico C-4 y fueron desviados de su curso por bloqueadores de señal, dijo el ministro del Interior, Néstor Reverol, el domingo por la tarde. El ministro dijo que las autoridades habían arrestado a seis personas y habían allanado hoteles de Caracas en busca de pruebas. Se ha relacionado a un sospechoso con un ataque a una base militar en el estado de Carabobo el año pasado, dijo Reverol.
El régimen autocrático de Maduro, socialista de 55 años, a menudo ha utilizado el argumento de conspiraciones antigubernamentales para encarcelar a disidentes, propiciando sanciones internacionales y el aislamiento. Figuras de la oposición y analistas dijeron que el incidente del sábado podría ser un pretexto para una nueva ola de represión, ya que Maduro se enfrenta a la ira popular por la corrupción, la hiperinflación y el hambre.
El ataque en Caracas era retransmitido en directo por la televisión estatal el sábado cuando Maduro hablaba, flanqueado por su esposa y el ministro de Defensa. Se escuchó una explosión y se retiró al presidente del escenario. El personal militar rompió filas y huyó. La retransmisión terminó bruscamente. Las fotografías de la escena mostraban al menos a un soldado con sangre en la cara.
"Han intentado asesinarme el día de hoy", dijo Maduro en un discurso el sábado. Dijo que un objeto volador estalló frente a él, y segundos más tarde sintió otra explosión a su derecha. "Tengo la protección de nuestro Dios el Creador, de nuestro Señor Jesucristo", dijo Maduro.
El domingo, el ambiente en Caracas casi había vuelto a la normalidad, el tráfico circulaba libremente y los peatones llevaban tranquilamente bolsas de alimentos y realizaban sus ejercicios matutinos.
¿Depósito de gas?
Si bien el Gobierno de Venezuela dijo que se trataba de un acto de terrorismo, Associated Press informó que los bomberos en la escena dijeron que una de las explosiones fue un accidente causado por un tanque de gas. Cualquiera que sea la fuente de la explosión, el incidente demostró la tensión febril en la nación una vez próspera. Maduro, el sucesor del difunto Hugo Chávez, un presidente populista que nacionalizó empresas y aumentó el gasto social, ha llevado al país petrolero, rico en el pasado, a un limbo de corrupción y sanciones.
En 2017, Maduro sobrevivió a meses de protestas furiosas con víctimas mortales, pero los partidos de la oposición no han podido derrocarlo en las calles o en las urnas. Su poder depende cada vez más de las fuerzas armadas, que han ido asumiendo un papel cada vez más prominente en la economía y las instituciones del país.
Los rumores de conspiraciones contra el líder son constantes, y el Gobierno a menudo dice que ha descubierto amenazas. A principios de este año, se descubrió una conspiración para eliminar a Maduro. A mediados de mayo, varias docenas de militares y algunos civiles fueron arrestados en secreto y encarcelados por un tribunal militar. En enero, las fuerzas de seguridad mataron a un policía renegado que tomó las armas contra el Gobierno y secuestró un helicóptero.
