Gim Seong-gon dirigía una fábrica de acero a fines de la década de 1980, cuando de repente quedó fascinado con la energía eólica. Este nativo de Corea del Sur vio potencial de crecimiento en este campo y decidió ponerse manos a la obra.
Fue una buena decisión. Tras una inyección de capital de Goldman Sachs Group Inc., su empresa, CS Wind Corp., se ha convertido en el mayor fabricante mundial de torres eólicas. Las acciones han repuntado en los últimos cuatro años, la cotización se quintuplicó solo en 2020, y las expectativas son altas para un crecimiento aún mayor con el cambio de Administración en Washington.
A sus 67 años, Gim, hijo de un agricultor, es ahora una de las personas más ricas de Corea del Sur. La participación de 51% en la compañía que posee con su familia está valorada en US$1.400 millones, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg.
“Gim fue ágil en identificar el potencial de crecimiento a nivel mundial”, dijo Han Byung-hwa, analista de Eugene Investment & Securities Co., con sede en Seúl. “El sector ha tenido un crecimiento más rápido que otras industrias tradicionales”.
Inversión de Goldman
Gim hizo el cambio a energías renovables en 2003, estableciendo la primera fábrica de torres eólicas de CS Wind en Vietnam para aprovechar una mano de obra más barata. Cinco años después, su compañía recibió una inversión de 47.200 millones de wones (US$43 millones) de Goldman Sachs, lo que le ayudó a expandirse a siete países.
Comenzó con la energía eólica en 2003 y abrió su fábrica en Vietnam, donde la mano de obra es más barata
CS Wind ahora opera plantas en países como Malasia, China y el Reino Unido, y vende sus torres eólicas a empresas como Siemens Gamesa Renewable Energy SA, General Electric Co. y Vestas Wind Systems A/S. La empresa planea construir fábricas en Estados Unidos, donde el presidente recién elegido, Joe Biden, se ha comprometido a priorizar proveedores con instalaciones locales.
“Administrar un negocio consiste en encontrar constantemente nuevas metas”, dijo Gim en una entrevista con una revista de la compañía en 2014. “Cuando se logra una meta, se debe buscar una nueva. Así es como he dirigido el negocio”.
Un portavoz de la compañía declinó comentar sobre la fortuna de Gim.
El giro hacia la energía verde ha ayudado a mejorar las perspectivas de empresas que fabrican desde vehículos eléctricos hasta baterías y paneles solares. Las inversiones en proyectos y tecnologías de energía con bajas emisiones de carbono se duplicaron en la última década a US$501.300 millones el año pasado, y casi dos tercios en el área de energía renovable, principalmente solar y eólica, según un informe de BloombergNEF este mes.