El deslumbrante avance de Tesla Inc. superó todos los pronósticos accionarios, arrastró consigo a competidores más pequeños y desencadenó una carrera de nuevos y viejos participantes para aprovechar la racha.
Es un fenómeno que alarma a los expertos en valoración e incluso les da una pausa a aquellos que pueden beneficiarse de la euforia de los autos eléctricos. Las compañías cuyas acciones están aumentando junto con las de Tesla están muy lejos del volumen de ventas alcanzado por Elon Musk, y sus fabricantes de automóviles vienen saliendo de un trimestre en el que las entregas de vehículos se redujeron respecto del año anterior y están muy lejos de los principales fabricantes del mundo.
La sesión del lunes 13 fue una muestra de cuán fugaz puede ser el impulso incluso para la compañía de vehículos eléctricos más exitosa del mundo. Las acciones de Tesla se dispararon 16%, cayeron abruptamente y luego terminaron el día con una caída de 3%, perdiendo US$55.000 millones de capitalización de mercado en el proceso. Los inversionistas minoristas, incluidos los diez mil usuarios por hora que agregaron acciones en la plataforma de inversión Robinhood durante un período, probablemente se vieron afectados en el proceso.
Ente las compañías que ya se están beneficiando con el avance de Tesla se incluye a Nikola Corp., que los inversionistas valoraron hasta en US$28.800 millones en junio, a pesar de que la compañía está a un año de producir su primer camión articulado a batería. Otros dos fabricantes de vehículos eléctricos ahora están tratando de replicar su estrategia de cotización de fusión inversa, y uno de ellos está dirigido por el fundador de un fabricante de vehículos eléctricos que se declaró en quiebra hace menos de siete años.
“Hay mucho delirio”, dijo Aswath Damodaran, profesor de Stern School of Business de la Universidad de Nueva York. “Todos están tratando de dar con el peldaño: Tesla es el próximo Amazon, Nikola es el próximo Tesla, y así sucesivamente”.
Damodaran duda de que los nuevos participantes puedan llevar a cabo sus proyecciones de crecimiento.
“Todos estamos buscando un sueño”, dijo Damodaran, “y esa no es la forma de invertir”.
Durante casi toda la montaña rusa del lunes, las acciones de Tesla se cotizaron por encima de los US$1.500, nivel que los dos analistas más optimistas encuestados por Bloomberg habían establecido la semana pasada como sus estimaciones de valor razonable.
Después de Nikola, la empresa de vehículos eléctricos que cotiza en Estados Unidos con mayor valoración es NIO Inc., fabricante chino de SUV a batería. Hasta junio, había entregado menos de 50 mil vehículos en los aproximadamente dos años desde que comenzó las entregas. Pero sus acciones han subido 244% este año.
Luego viene Workhorse Group Inc., que está tratando de producir y vender solo 400 vehículos eléctricos este año. La acción ha subido 408% en lo que va del año.
Los inversionistas están premiando a estas compañías en función de sus planes de negocios, pero Tesla puede ser la excepción en lugar de la regla cuando se trata de vehículos de producción en masa, venta minorista y servicio. Se enfrentan a una batalla cuesta arriba para obtener el efectivo que necesitan para competir con Tesla y los principales fabricantes de automóviles, según Tony Posawatz, consultor que dirigió el desarrollo del híbrido enchufable Chevrolet Volt de GM.
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“Es una locura”, dijo Posawatz, quien está en la junta de Lucid Motors Inc., que está tratando de comenzar a producir su sedán eléctrico debut a fin de año. “Hay más de 20 startups de vehículos eléctricos en EE.UU. Conociendo la historia de la industria, el tipo de capital necesario, diré que Tesla y otros dos o tres sobrevivirán”.
Lucid cedió su propiedad mayoritaria al fondo de patrimonio soberano de Arabia Saudita a cambio de una inversión de US$1.300 millones el año pasado. Ese monto es muy inferior a los aproximadamente US$4.850 millones que Rivian Automotive Inc. ha recaudado desde principios de 2019 de Amazon.com Inc., Ford Motor Co. y T. Rowe Price Associates Inc.
Fisker Automotive, startup de vehículos eléctricos fundada antes de la crisis financiera mundial por el diseñador de automóviles condecorado Henrik Fisker, ofrece una historia de advertencia de cuán difícil puede ser el negocio automotor.
La compañía Fisker generó entusiasmo al poner su elegante Karma híbrido en las entradas de las celebridades, incluyendo a Justin Bieber y Leonardo DiCaprio.
La china Wanxiang Group adquirió la compañía del Capítulo 11 y la renombró Karma Automotive. La semana pasada, anunció haber recaudado US$100 millones de inversionistas externos y planea buscar US$200 millones adicionales. El director de estrategia, Greg Tarr, dijo que recibe muchas llamadas, pero rechaza algunas ofertas de oportunistas que solo persiguen una tendencia actual y no entienden el modelo de negocio de Karma.
“Diría que hay demasiado entusiasmo”, dijo Tarr en una entrevista telefónica. “Hay algunos inversionistas que no tienen ningún conocimiento del sector y no están haciendo las preguntas adecuadas de debida diligencia”.