Ante el surgimiento de implementar un impuesto a las grandes empresas con la intención de aliviar el hueco en cuanto a recaudación que dejarán las nuevas medidas anunciadas por Sergio Massa, este medio se comunicó con el abogado, Diego Fraga, para ampliar la información sobre este tema.
“Este proyecto se dice que fue preparado en la AFIP, pero lo presentó un legislador oficialista con el objeto de compensar los desequilibrios fiscales que provocan estas nuevas medidas”, comentó Diego Fraga. “Se plantea la posibilidad de ofrecer un nuevo impuesto para las grandes empresas, el cual consiste en aplicar un 15% sobre la ganancia contable, que es algo nunca visto acá en Argentina”.
Este nuevo impuesto se aplicaría sobre los ingresos brutos de las empresas
Sobre la misma línea, Fraga explicó: “Este nuevo impuesto se aplicaría sobre los ingresos brutos de aquellas empresas que tengan ingresos brutos por encima de una categoría del rango de pyme, que se llama mediana empresa tramo 2 y depende del rubro en el cual se desempeñe varía el monto”.
La necesidad de tener un impuesto mínimo a las sociedades para evitar la competencia fiscal
“Lo que se discute en ámbitos internacionales es si los países tienen que tener o no un impuesto mínimo a las sociedades, para evitar que se produzca una competencia fiscal”, sostuvo el abogado. En relación a este tema, expresó: “Acá se instrumentaría una especie de aporte extraordinario, como si fuera un impuesto a la ganancia mínima presunta porque no tiene en cuenta si la empresa tuvo o no quebrantos”.
El 50% de la economía argentina está en negro
Por otro lado, el entrevistado señaló que, “desde el oficialismo generalmente se agita el porcentaje formal de la economía y, si uno toma ese número, está más o menos en línea con otros países”. Sobre la misma línea, remarcó: “Como la economia argentina esta en un 50% en negro, toda la presión impositiva recae sobre el sector formal y se eleva a muchisimo mas, en un 55%, con lo cual, la Argentina es un infierno fiscal”.
“Con la inflación elevada se produce un fenómeno que perjudica al fisco”, mencionó Fraga, que luego argumentó: “Como los impuestos se pagan después, como por ejemplo el cierre del ejercicio fiscal de 2022 se termina pagando a lo largo de 2023 y por ahí un sujeto de una empresa termina pagando en agosto o septiembre de 2023, en todo ese tiempo, el impuesto que le corresponde pagar por 2022 se va licuando”.